En esta entrevista, a la que ha tenido acceso VISADO, el actor y director norteamericano de origen gallego desvela aspectos del rodaje de "The Way", que llegará a la cartelera el próximo viernes.

–¿Qué intenta conseguir como cineasta, sólo entretener para contar una buena historia, o contar una buena historia que espera que tenga algún impacto en la vida de las personas que la vean?

–Si ha visto mis últimas tres películas ("The War At Home", "Rated-X" y "Bobby"), descubrirá un hilo común: la exploración de nuestra fragilidad, nuestra dependencia de otros por amor y apoyo, el descubrimiento de nuestros fallos y el dolor que infligimos en las personas más cercanas a nosotros. "Bobby" surgió de la frustración sufrida a causa de la falta de liderazgo en mi país. Después de que se hubiese estrenado, recibí una carta de Bobby Kennedy Jr, quien escribió: "...he dejado de contar el número de personas que me han escrito o me han dicho que se fueron de la sala con lágrimas en los ojos y nuevamente inspirados." Entonces, seguramente, la película tuvo un impacto.

–Comenzó su carrera como actor. ¿Cuándo decidó trabajar como director y por qué?

–Desde principios de mi carrera, siempre tuve interés en dirigir, escribir, y contar historias. Mis tres primeras películas no sólo sufrieron de mi falta de madurez, sino también de mi disposición de satisfacer el deseo de los estudios cinematográficos dirigiendo las películas a un público especifico. La audiencia es frecuentemente más lista de lo que los estudios piensan y pueden "oler" películas malas antes de que salgan.

–¿Cómo respondería a la crítica de que la mayoría de las películas de Hollywood están llenas de violencia y sexo?

–Cada vez me resulta más y más difícil ir al cine. Creo que hay muchos cineastas con mucho talento que han optado uno tras otro por fabricar contenido lleno de sexo, violencia, y efectos digitales como para mantener a un niño de 12 a 16 años en su asiento 90 minutos. Hollywood no parece interesado en crear películas que emocionen, conmuevan o inspiren. Hoy en día, la audiencia tiene que ver documentales, películas extranjeras e independientes para recibir algo de humanidad en ellas.

–¿Tenía a su padre en mente cuando escribió el guión de "The Way"?

–Escribí "The Way" porque Martin insistió en que grabásemos juntos una película en España. Sugirió que escribiera una historia sobre el Camino de Santiago. El problema era que no tenía ningún interés en hacer una película sobre el Camino, y menos en el extranjero. Pero él insistió: "Lo haremos en digital, chico. Tú y yo y un par de cámaras de mano. ¡Será divertido!". Empecé a investigar y encontré un libro de Jack Hitt lleno de anécdotas e historietas maravillosas. En las localizaciones en España me ayudó mi tía Carmen, quien ha vivido en Madrid durante los últimos 40 años, y también mi hijo Taylor, quien lleva viviendo en España los últimos siete años, en una ciudad que se encuentra en el Camino de Santiago.

–¿Cómo ha sido trabajar en Galicia?

–Cuando volamos a España el verano pasado teníamos pocos contactos en el país. Era muy importante empezar a rodar antes del Año Santo, también porque mi padre estaba disponible para rodar en ese momento. Estábamos buscando un ángel. Y ese ángel llegó en forma de Filmax y Julio Fernández. Somos todos gallegos, como el padre de mi padre, Francisco Estévez, que era de Galicia. Filmax fue también de gran ayuda para acceder a rodar en la Catedral de Santiago de Compostela, siendo la única película que ha podido rodarse dentro.

–¿A quién cree que le gustaría ver "The Way"?

–No estoy seguro de lo que atrae a la gente a ver películas, aparte del obvio marketing agresivo y la saturación de los medios. Pero una película conducida por sus personajes con grandes ideas como es "The Way" dependerá del boca a oreja de la audiencia, de las críticas, y quizá de algún movimiento social cansado de ver películas sin humanidad.

–¿Al formar su propio estilo como guionista y director, había otros cuyos trabajos admiraba, o cuyo estilo quería emular?

–Hay varios directores y escritores que me han inspirado y han tenido un impacto profundo en mí a lo largo de los años, Clint Eastwood, por ejemplo. He tenido la buena fortuna de conocer a muchos de ellos. Siempre me acerco a ellos con la mano abierta y les doy las gracias por ser mis mentores.

–Ahora que ha estado en Galicia con su padre, en el mismo "camino" que tu hijo, ¿cómo le ha afectado?

–Rodando "The Way" conocí a peregrinos de todo el mundo, católicos y no creyentes, de Corea del Sur, Japón, Francia, Alemania, Sudamérica y África, todos con un solo cometido en mente: llegar sanos y salvos a Santiago y al hacerlo, llegar a algún tipo de paz interior personal. Y yo creo que eso es lo que estamos todos intentando obtener. Estando de peregrinaje o no.