El Tribunal Supremo revisará hoy el caso de un hombre que lleva más de 20 años en coma tras someterse a una intervención de cirugía estética, después de que fueran rechazadas sus demandas por negligencia médica contra la clínica de Madrid donde se operó, y el anestesista que le atendió.

La sala de lo civil del TS acordó el pasado mes de junio admitir a trámite la demanda de revisión presentada por los padres de Antonio Meño Ortega, siguiendo así el criterio de la Fiscalía, y ha citado a las partes a una vista hoy a las 10:30 horas.

El Ministerio Público informó a favor de la revisión del caso después de que la familia de Meño aportara la declaración jurada de un nuevo testigo, un médico que estuvo presente en la intervención quirúrgica que tuvo lugar en 1989 y que asegura que, en contra de lo que se creía hasta ahora, el paciente no entró en coma al vomitar después de que lo desentubasen.

Según ese testigo, durante la operación observó que se producía una alteración del ritmo cardiaco, por lo que se avisó al anestesista, que en ese momento estaba en otro quirófano.

Cuando llegó, el anestesista -siempre según el testimonio del médico- comprobó que el tubo a través del que respiraba Meño se había desconectado.

Hasta ahora, y después de agotar la vía penal y recurrir a la civil, tanto el Juzgado de Primera Instancia número 11 de Madrid como posteriormente la Audiencia Provincial de Madrid -en 2000- y el propio Supremo -en 2008- habían rechazado las demandas de la familia y declarado que no existió negligencia médica.

De hecho, en la última de esas sentencias el Alto Tribunal decía que el daño sufrido por el paciente se explicaba en las resoluciones anteriores -que aseguraban que Meño había aspirado su propio vómito "una vez finalizada la intervención propiamente dicha"- de una forma "minuciosa, coherente y convincente" y descartaba que la "extubación extemporánea" hubiera sido la causante del coma.

Sin embargo, en su resolución, el Supremo aplica el artículo 510.4 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, que establece que "habrá lugar a la revisión de una sentencia firme (...) si se hubiere ganado injustamente en virtud de cohecho, violencia o maquinación fraudulenta".

El paciente se sometió a una rinoplastia cuando tenía 21 años y estudiaba Derecho, y desde entonces está en coma vegetativo, motivo por el cual hace más de un año que permanece en una tienda de campaña junto a su familia en la plaza de Jacinto Benavente de Madrid, frente a una de las sedes del Ministerio de Justicia.