Diluvia en Vigo. En el Museo do Mar en Alcabre, a las once de la mañana de un martes, a penas se nota movimiento humano. A través de un ventanal del restaurante, el viento arrecia contra las gamelas en la playa que bailan una muiñeira. La taberna acaba de desesperezarse entre su cobertor de granito, cristal y madera. Son materiales genuinos como el de que está hecho Carlos Núñez. El gaitero y compositor gallego aparece con un sonrisa afable y pulcramente vestido de pantalón y chaqueta negros con camisa blanca. No le acompaña el paraguas sino su gaita, la amiga con la que posa arropado.

En esta ocasión, se enfrenta a otro hito en su carrera: un concierto el próximo sábado, día 11 de septiembre, en la mítica y escurridiza Plaza do Obradoiro en Compostela acompañado de The Chieftains y la Orquesta Sinfónica de Galicia.

Tras pedir un agua mineral, mientras las nubes aceleran en el plomo etéreo, confiesa. "Este concierto es el final de un camino, un sueño de largo recorrido; desde hace 15 años ese sueño está ahí, desde que The Chieftains ganaron el Grammy por el disco Santiago en el que colaboré con ellos".

El Obradoiro guarda múltiples simbologías para él "como corazón de Galicia", lugar de peregrinaje y espacio de reencuentro, como el que la banda irlandesa The Chieftains tendrá con su público gallego tras 15 años sin actuar en Santiago. Allí, también tendrá lugar el primer concierto en Galicia del gaitero con una sinfónica.

La relación, entre el músico y las orquestas ahonda en las raíces de su adolescencia siendo la primera vez en el Festival de Lorient (Bretaña francesa) a la edad de 16 años, para seguir después conciertos por Europa y América. "Cuando tocas con orquestas por el mundo, disfrutas, sí, –señala–pero lo que más ilusión te hace es hacerlo en casa, con tu gente".

Con el fin de cumplir con el "momento irrepetible" el sábado, ha decidido ofrecer el espectáculo a partir de las 20.30 horas, coincidiendo con el "viaje" del adiós del día "y la llegada de la noche".

Las luces del atardecer estarán acompañadas por la iluminación a cargo de Roch Segovia, "maestro para espectáculos en el Estadio de Francia", en París, explica Núñez, quien ha depositado la batuta musical en manos de David Brophy, director de la Orquesta de la Radio-Televisión de Irlanda.

El espectáculo del sábado, mostrará el triunfo de la música tradicional y su diálogo con la música culta, con un recorrido por los éxitos de Núñez alternados con otros temas populares como un villacinco del siglo XVIII o la muiñeira de Sarasate, que será interpretada por primera vez en Galicia y que Núñez tilda de "la más difícil del mundo". "Sarasate –recuerda– escuchó esa muiñeira cuando era niño y vivía en Galicia. En 1889, la tocó en el cine Tamberlick de Vigo, ciudad donde se puede oír en el reloj de Caixanova todas las mañanas. Yo la encontré en las catacumbas del Conservatorio de Madrid a los 16 años y la estuve preparando hasta hace poco".

Preguntado por el momento que respira, reflexiona: "Me encuentro en un momento maravilloso. De cabeza, me encuentro como un teenager (adolescente), siendo consciente de mi libertad. Eso ha sido porque mi adolescencia la tuve concentrada en la música que lo era todo para mí. Ahora, es cuando me permite disfrutar de los aspectos de la vida".

Tras su último CD en 2009, Alborada de Brasil, Núñez piensa dedicarse en 2011 a los directos. Sólo en febrero, cuenta con 30 actuaciones. "No vamos a sobrevivir", bromea una persona que, para combatir la caída de ánimo, opta siempre por el chocolate. Una persona que no ha hecho físicamente la ruta jacobea, "pero sí en mente. Mi Camino de Santiago lo hago en aviones todos los días, con conciertos por todo el mundo", confiesa.