Una vida de película. El taxista vigués Manuel Regueiro Álvarez, conocido por "Ríos", fallecido a principios de los años setenta, resulta ser un "agente de confianza" que actuó en los años 1940 y 1941 arriesgando su vida para salvar de la Gestapo las de muchos polacos judíos y gentiles, siguiendo las instrucciones del médico vigués Eduardo Martínez Alonso, cuya gesta está divulgando su hija Patricia Martínez de Vicente, a través de un primer libro y del publicado en febrero, "La clave Embassy", que presentará mañana sábado en una conferencia, en Tui.

"Mi padre era un hombre tranquilo, reservado, de muy pocas palabras, que salía todos los días a las seis o siete de la mañana para recoger viajeros del tres exprés matutino que llegaba desde Madrid. Mi madre nunca supo nada. Gracias a ese libro me enteré de su doble personalidad y estoy muy orgulloso y feliz", relata Alfonso Regueiro Costas, industrial vigués e hijo de aquel taxista que conducía un Dodge con motor diésel Barreiros, de ocho plazas, que tenía parada frente al hotel Universal que estaba situado frente al Náutico de Vigo.

Supo del insólito pasado de su padre a través del libro y de contactos con su autora, con la que espera encontrarse el sábado, en Tui.

Ha sabido que su padre recibía instrucciones del médico Eduardo Martínez Alonso a través de telegramas, en clave, donde le indicaba el lugar al que debía llevar a los polacos. Unas veces el destino era la casa de los Alén, en Guillarei. En otras cruzaba la frontera de Tui, por el antiguo puente internacional, quizás con colaboración de carabineros y sobornando "guardiñas" portugueses, como asegura Patricia Martínez de Vicente en su libro. También visitó la casa de la familia Alonso, en A Portela (Redondela).

Manuel Regueiro Álvarez "Ríos", nació en Vigo en el año 1897. Según cuenta su hijo, de joven trabajó como transportista en las minas alemanas de wolframio, en Vila de Cruces. Al llegar Franco al poder, le requisó los camiones, por lo que "Ríos" buscó la vida en Vigo, asentándose en la calle Lepanto, donde estableció su hogar con su mujer Estrella Costas Puime. Allí nacieron sus cuatro hijos. En la misma calle abrió una pensión en la que acogía a personas no adictas al régimen franquista, por lo que duró poco. De hostelero pasó directamente a taxista.

Su hijo Alfonso Regueiro se explica ahora por qué variaron de domicilio en el centro de Vigo varias veces y también por qué acabaron residiendo en una casa unifamiliar en el barrio de "La Chumba", en Teis, con vistas al mar. "Desde allí mi padre podía controlar los barcos que entraban y salían del puerto", deduce.

Después de conocer la historia de su solidario progenitor, tuvo la curiosa visita de un señor llamado Fraga, de avanzada edad, que reside en la residencia Meixoeiro y que, según le contó, actuaba de intérprete. "Me explicó que era amigo de mi padre y que estaban muy relacionados con ingleses, incluidos cargos de la marina británica, y con el doctor Eduardo Martínez Alonso y su esposa Ramona de Vicente", padres de la autora de "La clave Embassy".

El taxista con doble vida falleció cuando su hijo pequeño, Alfonso, tenía unos veinte años. "La paradoja es que ahora yo vivo junto al hotel que se levanta en el lugar donde existió el Universal y mi oficina está al lado", cuenta el industrial, lleno de entusiasmo e ilusión por saber qué nueva información dará a conocer Patricia Martínez sobre la arriesgada experiencia humanitaria de su padre, en la conferencia de mañana, en el Museo de Santo Domingo de Tui.