El oso de las cavernas (Ursus spelaeus) se extinguió en Europa hace unos 24.000 años –en Galicia sobrevivió varios milenios más– debido a la última gran era glaciar, aunque la decadencia de esta especie comenzó hace 50.000 años, mucho antes de lo que se creía hasta ahora, a causa de la expansión del hombre, según un estudio internacional del que es coautora la científica del Instituto Universitario de Xeoloxía Isidro Parga Pondal de la Universidad de A Coruña Aurora Grandal D´Anglade. Según la paleontóloga gallega, el empobrecimiento de los ecosistemas durante la última gran glaciación, durante el Pleistoceno, "fue el golpe de gracia para esta especie, ya en franco declive", ya que hace 35.000 años dejó de ser abundante en los yacimientos de Centroeuropa.

La competencia por el territorio y los refugios entre humanos y osos cavernarios fue el desencadenante del inicio de la extinción de esta especie en Europa, según la investigación internacional liderada por el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Alemania, que publica la revista especializada "Molecular Biology & Evolution".

Para este estudio, el equipo de científicos analizó secuencias de ADN mitocondrial a partir de 17 nuevas muestras de fósiles de yacimientos europeos –Siberia, Ucrania, Centroeuropa y Península Ibérica, en concreto Galicia– y realizó un análisis bayesiano (de probabilidad estadística). Los investigadores compararon además estos restos con muestras de oso pardo actual (Ursus arctos) y con muestras fósiles de este úrsido. El estudio abarcó 59 secuencias de oso de las cavernas y 40 de oso pardo con edades comprendidas entre 60.000 y 24.000 años para el primero, y de 80.000 años y la actualidad para el segundo.

De esta forma, consiguieron explicar por qué uno se extinguió mientras que el otro consiguió sobrevivir a la acción del hombre y a la última gran glaciación. Según Grandal, el oso pardo sobrevivió porque no dependía tanto del hábitat de la cueva, que se fue degradando debido al enfriamiento del planeta.

Sin embargo, el oso de las cavernas, que al contrario del pardo era herbívoro, consiguió sobrevivir unos milenios más en Galicia, tal y como revela el fósil hallado hace dos años por el Club Espeleolóxico Maúxo de Vigo en el yacimiento en la cueva Pala do Rebolal, en el parque natural de Serra da Enciña da Lastra (Ourense), un fragmento de maxilar con piezas dentarias, datado en unos 15.000 años, según detalla Juan Ramón Vidal, geólogo y director del Instituto Universitario de Xeoloxía.

"El descubrimiento de fósiles en éste y otros yacimientos de O Courel y Triacastela demuestra que el oso cavernario no sólo tuvo continuidad en Galicia, sino que aquí vivió durante más tiempo que en el resto de Centroeuropa", añade Vidal.