"Me pasé al tabaco de liar porque es más barato. Te sale mucho más a cuenta". Jacobo, de 32 años, hace dos años que cambió las cajetillas por la picadura. "Además, sabe mejor y fumo menos". Son muchos los que han optado por el tabaco de liar como una alternativa más económica ante las constantes subidas del precio de los pitillos. "De los tres euros que tienes que pagar como mínimo por una cajetilla, pagas 1,75 por el de liar y te salen más pitillos", comenta Pilar, ama de casa. Y es que en este caso no nos vale aquel refrán que decía "Gente joven y leña verde".

"Hay compradores de tabaco de liar de todas la edades. Al principio empezó a demandarlo más la juventud", afirma Mayka , que trabaja en un estanco y ha visto cómo en los últimos tiempos cada vez son más los que se lían sus propios cigarros. "Hay dos tipos de compradores; los que le preocupa el precio y los que prefieren el de liar porque no tiene salsas". Mayka se refiere a que muchos se han pasado a este tipo de tabaco como una alternativa más natural. "Es un tabaco más sano, sin tanta química". Sin embargo, no todos piensan igual. El Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) afirma que tanto los cigarrillos como el tabaco de liar contienen la mitad de tabaco vegetal que hace 40 años. El tabaco auténtico ha sido sustituido por unas 600 sustancias químicas diferentes para ofrecer diferentes sabores en función de la marca.

Para hacerse una idea, el CNPT apunta: "Hace cuatro décadas, con 450 gramos de tabaco se hacían 438 pitillos, mientras que ahora se ponen en el mercado 1.100 unidades con la misma cantidad". A pesar de todo, algunos de los que se han pasado al de liar opinan que es un tabaco menos nocivo. "Yo llevo fumando tabaco de picadura cuatro años. Y noté mucha diferencia. Por las mañanas siento los pulmones menos cargados". María Martínez, de 23 años, indica también que con esta modalidad se evita la tinta del papel y otras sustancias que aceleran la combustión.

A pocos parece importarle tener que ponerse a liar un cigarro. "Es cuestión de práctica. En poco tiempo aprendes. Yo tardo medio minuto en hacerme uno", comenta Óscar Pastoriza. Y para los que son más vagos, o menos habilidosos, existen alternativas, como las liadoras o el tabaco de entubar. "Son modalidades que las marcas quieren potenciar. Han visto el gran filón", comenta Elvira Rodríguez, estanquera. "Es muy curioso, pero las grandes tabaqueras no querían vender tabaco de liar y muchas lo habían retirado del mercado; y ahora ya ves". Cualquiera que se pase por un estanco lo podrá observar. Entre marcas, tipos y formatos nos podemos encontrar con más de 80 alternativas diferentes.