¿Que su trabajo, familia o estudios no le dejan tiempo libre para buscar a su media naranja y tener una cita en condiciones? En Vigo con siete minutos es suficiente. La Crêperie do Mar, en Rúa Real, ofrece la posibilidad de formar parte, cada martes, del divertido sistema de citas rápidas importado de Estados Unidos. Lo único que se exige es puntualidad. De crear la atmósfera perfecta, con velas, luces tenues, música suave y coloridos cócteles, ya se encargan Hervé Valette, dueño del local, y Eva Amoedo, coordinadora de “Tus 7 minutos”. Hervé cocina “las auténticas crêps” de la Bretaña que se ofrecen a los participantes y toca el gong cada siete minutos, para avisar a los hombres de que tienen que pasarse a la siguiente mesa. Eva, por su parte, además de ser coordinadora, ameniza la velada y garantiza que todos los presentes pasen un rato inolvidable. “Acepté la idea porque pensé que desde siempre aquí hace falta que la gente se comunique un poco más”, confiesa la coordinadora de las citas. Para ella, los encuentros que organiza todos los martes son “una forma de ocio alternativo”. “Sin la música alta, sin tabaco y sin ser un fin de semana, que es cuando se supone que está estipulado pasarlo bien”, aclara.

Eva piensa que el objetivo principal de “Tus 7 minutos” no tiene por qué ser encontrar pareja, si no “pasárselo bien y ampliar las amistades”. “Se trata de facilitar posibilidades; cuanta más gente conozcas, más posibilidades tendrás”, argumenta la coordinadora.

En un principio, el speed-dating está pensado para heterosexuales, catorce chicos y catorce chicas de todas las edades que estén dispuestos a conocer gente nueva. Aunque, según Eva Amoedo, el local está abierto “a distintas propuestas e imprevistos” y planea preparar algún martes temático y de conversación en inglés o francés.

Los tres pasos

Estas citas están divididas en tres partes, una vez que se haya realizado la inscripción por teléfono o internet. El primer paso para conocer a los demás asistentes es el cóctel de siete minutos por parejas. Una vez transcurrido ese tiempo de conversación, los chicos deben rotar de mesa y sentarse con la siguiente chica. Cuando hayan pasado por todas las mesas y ya se conozcan todos los presentes, la diversión se traslada a una cena conjunta, el la que chicas y chicos disfrutan de deliciosas crêps saladas y dulces todos juntos. Para terminar la velada, es imprescindible pasarse por el bar “La guinda”, donde Paco. el dueño, ofrece una ronda de chupitos para celebrar el encuentro y propone una divertida sesión de música y karaoke con final inesperado. Lo demás ya depende de cada uno.