Es uno de los autores invitados al salón Viñetas desde o Atlántico que cada año organiza en A Coruña Miguel Anxo Prado y que, en esta edición, dio comienzo el pasado lunes. El ilustrador Víctor Rivas -vigués afincado en Lleida- aprovecha para pedir “que se lean más cómics y que se utilice más la ilustración y el diseño”. De humor fino y dicharachero, Rivas comienza rompiendo un mito sobre los dibujantes: “No somos bohemios, nosotros también queremos vestir de Caramelo, tener un buen coche y una buena casa”, comenta entre risas e ironizando sobre la crisis.

-En los últimos años, ha intensificado su trabajo para Estados Unidos.

-Un 80% de mi trabajo lo realizo para Estados Unidos a través de una agencia que está allí. Ésta busca ilustradores para trabajos para ese país y otros así que finalmente realizo mis proyectos para Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, Australia, Gran Bretaña y otros mercados dentro del mundo editorial infantil y juvenil.

-¿Establece diferencias en el lenguaje entre un trabajo para España y otro para EEUU?

-Cuando trabajas para fuera, los registros se basan en la cultura yankee, es como una convención internacional. Cuando haces algo con una estética diferente que no se esperan, les encanta, porque les parece un punto de vista extraterrestre. La mezcla de culturas está bien y, en ilustración, hay que colar algún regalito, algo bonito para conseguir un siguiente trabajo. No obstante, en Estados Unidos y los países anglosajones te dan una libertad tremenda para trabajar permitiéndote cosas que aquí, en España, no cuelan.

-Póngame un ejemplo.

-Mi último trabajo es “Caperucita Roja”. Creé varias páginas, unas con colores más suaves y otras con colores más duros y oscuros con el rojo muy fuerte. La editorial norteamericana me pidió finalmente las más oscuras que, al final, también envié a la editorial española. Aquí, prescindieron de esa primera página.

-Y ese rechazo, ¿se debe a los gustos del público o de los trabajadores de las editoriales?

-Desde la editorial, dicen que los niños no entienden los trazos gruesos, que son colores muy oscuros. Para mí, esas excusas son chorradas. Yo tengo una niña de diez años y nunca le oí decir que no entendía un dibujo porque presentase las rayas gruesas, jugase con la perspectiva o tuviese colores oscuros.

-Usted ha contribuido con sus dibujos al éxito de la serie Harry Pórrez. El público ha dicho que sus ilustraciones son menos humorísticas que las de Enrique Carlos pero más acordes con la atmósfera de magia de la historia.

-Si tomas el cómic francés de los últimos 15 años, te darás cuenta de que sigo esa línea de humor. En mis dibujos, hay muchas expresiones del manga de Akira Toriyaba (Dragon Ball, Dr Slump), de los dibujos de Hergé en Tintín . .. Hay una mezcla de todo; no sólo se hace fusión en el flamenco.

-¿Y qué proyectos?

-Preparo las ilustraciones para un libro del escritor Francisco Naranjo y con Ricardo Esteban. Después, hay otro bombón en Galicia que me ilusiona mucho pero que aún no se ha concretado.

-Usted es freelance, ¿no resulta difícil trabajar así?

-Trabajar como freelance es como estar con una soga. En estas épocas de crisis, ves el pasado, presente y futuro en un instante. Hay gente que se queda sin encargos, se le acaba el dinero en el banco y queda a merced del viento.