¿Quién dice que la tercera edad es aburrida? Natación, senderismo, gimnasia de mantenimiento, petanca o bolos son sólo algunas de las actividades físicas que las personas mayores pueden practicar. Pero si se busca distracción, diversión, estar activo, momentos inolvidables, conocer gente y ante todo ganar salud, entonces, el deporte ideal es el cachibol.

En una época en la que la mujer tenía prohibido practicar deporte, Clara Gregory inventó el cachibol, en 1985. Aunque guarda cierto parecido con el voleibol, el cachibol es anterior a él. Este curioso deporte, tan desconocido para muchos, consiste en el juego del voleibol, pero adaptado a las personas de más edad. La diferencia es que en lugar de golpear la pelota al recibirla, se agarra. Es el deporte perfecto para todos aquellos mayores de 55 años. En la actualidad hay 120 personas que juegan al cachibol en Vigo, y 650 en toda Galicia.

El cachibol es un deporte que está muy ligado al bienestar y a la mejora de la salud de las personas. A nivel físico, los mayores que practican este deporte desenvuelven y trabajan las distintas habilidades del cuerpo. Mientras se divierten, trabajan la flexibilidad, la agilidad y la elasticidad. Además, desenvuelven la percepción visual en relación con la pelota y el espacio, al mismo tiempo que la coordinación de piernas y brazos con la vista. La movilidad que realizan los mayores en este deporte favorece al desenvolvimiento de los huesos y a la circulación sanguínea. Pero los beneficios del cachibol se trasladan también al terreno de lo emocional.

Socialización como terapia

Las personas de la tercera edad no sólo mejoran físicamente, si no que a nivel mental también obtienen beneficios. A nivel psicológico, los mayores que juegan tienen la autoestima más alta por el mérito de participar en el deporte. Cuando juegan salen del partido relajados y el juego les sirve como medio de distracción. La práctica de este deporte influye también en el ámbito social. Todos aquellos que juegan se relacionan con otras personas de su misma edad y crean vínculos de amistad. De este modo, al aumentar las relaciones sociales, se sienten más queridos y valorados.

Esto lo sabe muy bien Marisa González que es toda una veterana, lleva jugando al cachibol desde que se hicieron los equipos en Vigo, en 2004. Desde que empezó a jugar nunca se ha planteado dejarlo, según afirma “para la edad que tengo jugar al cachibol es lo mejor que me ha podido pasar, somos todos una gran familia”. Olga Carreira es otra veterana de los equipos de cachibol de Vigo y coincide con Marisa a la hora de asegurar que “estamos todo el día moviendo el cuerpo, aunque también le damos mucho a la lengua, muchos amigos los conocí gracias al cachibol, todo son beneficios”. Felisa es amiga de Olga, nada más empezar a jugar al cachibol tuvo una lesión en la rodilla “me operé y volví a jugar. Este deporte me ha servido de rehabilitación, no lo dejo por nada del mundo”. Las tres le han recomendado practicar este deporte a amigos y familiares, porque como apunta Marisa “el cachibol aporta alegría, salud y hacer muchas amistades”.

El cachibol ha ayudado a muchas personas con problemas, tanto físicos como emocionales. Por esto las Asociaciones de vecinos de Valladares, San Andrés de Comesaña, Teis y de San Xoán se han apuntado a entrenar durante todo el año en los pabellones de Vigo. Una medida eficaz para que los mayores no pierdan la forma y estén activos durante todo el año.