La decisión "in extremis" de la Xunta en mayo de rebajar de un tajo 190.000 euros del presupuesto para espectáculos gallegos subvencionados por la Axencia Galega de Industrias Culturais (Agadic) puso en pie de guerra al sector escénico del país. La bandera de la protesta la ha enarbolado, principalmente, la Asociación de Actores e Actrices. Esta organización, desde el pasado fin de semana, cuenta con nuevo presidente, el vigués Antonio Durán Morris (1959).

–¿Cómo afronta el cargo?

–Me asusta un poco porque estoy trabajando y hay que adquirir un compromiso serio... Tenemos 300 asociados detrás en una organización que tiene mucho prestigio.

–¿Cómo surgió la idea de presentar una candidatura?

–Yo ya estaba en la directiva anterior, con Vicente Montoto, quien cumplió los cuatro años entregado de forma casi exclusiva a la asociación. Mi elección como presidente es algo previamente pactado. Me convencieron y fue la única candidatura. Pero es una presidencia continuista, no hay ningún problema interno ni cambio de política.

–¿Qué objetivo se marca?

–Tenemos que pelear porque las cosas no vayan a peor sino a mejor, que haya cada vez más espectáculos, más series, más películas, cosa bastante difícil en estos momentos.

–Es un momento peliagudo.

–Sí... pero, bueno, es lo que toca vivir. Esperamos sacar adelante los objetivos que tenemos de supervivencia del sector de manera que no se sienta agredido. Somos un sector muy pequeño y las palabras de crisis y rebajas hay que verlas con mucha calma porque pueden aniquilar el movimiento teatral que hay en Galicia. Lo que levantamos durante años y dotamos de prestigio, tenemos que vigilar que siga funcionando.

–¿Qué valoración realiza del convenio del teatro?

–El año pasado, por primera vez, se firmó un convenio de teatro con los sindicatos. Este convenio no deja de ser un convenio de mínimos. Es este un momento delicado porque por un lado conseguimos una serie de avances pero por otro, está peligrando todo porque se aplican en nuestro sector políticas pertenecientes a otros sectores. Nuestro sector es pequeño, débil. –No hay dinero pero, desde las administraciones públicas, han llegado a pagar 9.000 euros por un billete de avión para políticos...

–Eso es lo que tenemos que vigilar. Las conversaciones con la Xunta están en un punto muerto. Hubo una rebaja de 190.000 euros por parte de la Administración (gallega) traicionando un acuerdo que ya existía. Por otro lado, la Administración ha comprado sillas para la Cidade da Cultura con un valor que, de no haber gastado, evitaría la rebaja de esos 190.000 euros para todo el sector. Hay un Plan de Artes Escénicas que había aprobado Agadic y que no se está cumpliendo. Los derechos de los actores se ven mermados por toda esta política. Realmente, peligra toda la actividad, incluso que se realicen festivales de teatro.

–Quizás también habría que dar un vuelco a la financiación del sector.

–Nuestra intención es intentar reunirnos y trabajar codo a codo con todas las organizaciones de festivales, compañías, red de espectáculos. Nos gustaría realizar unos encuentros para ponernos de acuerdo todos y reivindicar unos mínimos. La Asociación de Actores puede servir de nexo para esta pelea.

–¿Usted, como actor, no cree que esta precariedad puede desanimar a la gente que comienza en este arte?

–Esta profesión no es para desanimarse porque es una carrera a largo plazo. Es una carrera que tienes que plantearte poco a poco. No hay que desesperarse sino todos habríamos abandonado en algún momento de nuestras vidas.

–¿Y usted estuvo a punto de abandonar?

–Sí, tuve unos años en los que me dediqué a doblar películas. Fueron dos o tres años, hace tiempo, en que dudé seguir. Lo peor es ser profesional y que el teléfono no funcione. Los actores tenemos que estar muy activos siempre, intentar levantando proyectos.