Ana María Castro tiene 24 años y desde hace seis, su vida no es la de cualquier joven de su edad. Aquejada de una insuficiencia renal que la mantiene atada a una máquina de diálisis durante más de nueve horas diarias, la joven de Sisán, en Ribadumia, hizo un llamamiento ayer a la concienciación ciudadana para que la gente se implique en la donación de órganos pues “salva vidas” . Ella es un ejemplo de que, a veces, las donaciones no van tan rápido como se debería, ya que lleva seis años aguardando por un trasplante que no llega. Otros en su situación se habrían derrumbado hace mucho tiempo, pero el optimismo que desprende la joven de Ribadumia le permite seguir soñando con que esa oportunidad, la de escuchar que ha llegado el riñón que necesita, va a llegar algún día. Su situación ha empeorado en los últimos meses después de sufrir varias afecciones importantes por causa del mal que le afecta.

-¿Cuando le detectaron la insuficiencia renal?.

-Con 18 años los médicos me detectaron la insuficiencia renal y eso me destrozó la juventud y la calidad de vida. Al principio se pasa muy mal, incluso en cuestiones cotidianas como ir a la playa, ya que la gente se quedaba muy extrañada al ver el catéter que tengo en la barriga, pero aún así, continúo siendo optimista, eso me da la vida, porque me permite seguir esperando por el riñón que necesito. También trabajo, por las tardes, pero hay días en que me resulta imposible acudir porque me encuentro muy cansada. Menos mal que es un negocio familiar.

-Desde hace seis años vive un Calvario.

-No es fácil. Desde hace seis años tengo que vivir pegada a una máquina de diálisis ya que necesito realizarla durante nueve horas. Durante ese tiempo, la máquina introduce un suero en el cuerpo que permite eliminar todas las impurezas que deberían filtrar los riñones. Tengo que tener controlada la tensión, ya que una caída significaría tener que acabar en el Hospital realizando hemodiálisis, algo que acaba conmigo y que me deja muerta.

-¿La insuficiencia renal le ha provocado algún problema más de salud?.

-Si. Desde que me detectaron la insuficiencia renal he tenido que ser operada de paratiroides provocada por los problemas en el riñón. Probablemente me tenga que operar otra vez en breve si continúo sin recibir el trasplante. Sufro constantes subidas de tensión y los episodios de anemia son constantes. También tengo migrañas acompañadas de ataques de tensión muy altos unas dos veces por semana, alguno de los cuales me obliga a ingresar en el hospital. No puedo hacer ejercicios porque me canso muy fácilmente. La diálisis prefiero hacerla en casa pero se necesita tener todo muy limpio y desinfectado, incluso andar con mascarillas, porque me expongo a sufrir una infección, algo que ya ha ocurrido en más de una ocasión.

-¿No tiene fecha para recibir un transplante?

-En estos momentos me encuentro muy grave, por lo que los médicos que llevan mi caso ya le han comunicado mi situación a los coordinadores de transplantes del Juan Canalejo de A Coruña para que me busquen un donante. Mi cuerpo ya no aguanta más y está sufriendo todo tipo de enfermedades nuevas. Si no aparece un donante compatible, mi familia está dispuesta a realizarse las pruebas para ver si pueden ser ellos los que cedan el riñón que necesito. Por eso creo que la gente debe concienciarse de la necesidad de hacerse donante de órganos, ya que con ellos una persona puede tener una nueva oportunidad, que es lo que yo estoy buscando y esperando, desde hace seis años.

-Su situación no es única en la comarca de O Salnés...

-Para nada. Hay mucha gente con problemas similares aguardando un transplante o que ya ha pasado por esa situación, consiguiendo salir adelante. La mayor parte de ellos tardan unos tres años en recibir el órgano que necesitan. Yo ya llevo más de seis esperando mi oportunidad.