No es inusual que la fachada del Obradoiro de la catedral de Santiago sea testigo de desfiles militares presididos por autoridades políticas, pero seguramente el 31 de diciembre, cuando el presidente de la Xunta pasaba revista a las tropas para conmemorar la traslación de los restos del Apóstol, ignoraba que el siguiente en ocupar su puesto sería el mismísimo Darth Vader, la mano derecha del malvado emperador en la saga "Star Wars", y que el tradicional uniforme verde oliva del Ejército español sería reemplazado por el blanco brillante de más de un centenar de soldados imperiales.

Por eso no es de extrañar que "Luke, soy tu padre" fuese la frase de moda ayer en Santiago. Aunque esta vez quienes la pronunciaban eran unos niños –y muchos de sus padres tampoco– que ni siquiera eran un proyecto cuando "El imperio contraataca" –la segunda parte de la trilogía creada por George Lucas– se estrenó, hace treinta años.

Esos niños escucharon de la boca del propio Darth Vader –de uno de los varios presentes– un consejo: "el lado oscuro de la fuerza es el único". Y debe de serlo, y bastante difícil evitar sucumbir a sus encantos, porque hay quienes llegan a costearse un traje de seis mil euros. Todo para servir mejor al Imperio. Eso es lo que pagó Roi Neón, uno de los padres de Luke que pasó revista a las tropas en el desfile del "Imperial Stormtroopers" celebrado ayer en Santiago. Sólo el sable láser que portaba este boirense que vive en Madrid y que fue haciéndose con el disfraz pieza a pieza vale, al cambio terrícola y por culpa de la inflación intergaláctica de las aduanas, entre doscientos y trescientos euros.

Miles de personas fueron siguiendo por las calles del casco histórico de Santiago las tropas imperiales, precedidas por un grupo de niños caracterizados como jawas –el disfraz más fácil, valía casi un sencillo saco de arpillera– y de un centenar de adultos que optaron por caracterizarse como Darth Vader, la princesa Leia, Boba Fett o algún que otro Lord Sith entre oficiales del Ejército imperial. A todos ellos les costó mucho avanzar. No es que la ciudad invadida opusiera resistencia. Todo lo contrario: todos –incluso los peregrinos despistados– querían hacerse fotos con los invasores, lo que ralentizó la marcha y puso en evidencia que Han Solo o Luke Skywalker no están demasiado de moda, lo mismo que Chewacca –aunque eso fue comprensible, debido a la temperatura– o la pareja compuesta por R2D2 y C3PO.

La movilización fue fruto de un sueño de Iñaki, un compostelano que logró que cientos de voluntarios y de fans de la saga se sumaran al evento. De hecho, el propio Constantino Romero –que dobló al español a Darth Vader– le respaldó en su cruzada grabando unas palabras: "Únete al lado oscuro. Juntos seremos invencibles. El Imperio sabrá recompensar vuestros esfuerzos". No faltó ni siquiera el himno ad hoc, la conocida Marcha Imperial que John Williams firmó para la segunda entrega de "Star Wars". Eso sí, ahí también colaboraron sin ánimo de lucro, igual que el resto, los gaiteiros del Imperio. Y es que, como señala la organización en su web, el evento no tiene subvenciones. Todo fue hecho por amor al arte. Y al Imperio.