"Cada crisis o ruptura es una oportunidad, siempre que no nos convirtamos en víctimas sino que aprovechemos para reflexionar sobre nosotros, crecer emocionalmente y aprender nuevas formas de relacionarnos". Esa fue una idea nuclear en la charla que ayer dio en el Club FARO la psicóloga y psicoterapeuta Victoria Cadarso.

"Cómo transformar el sufrimiento en autoconocimiento" fue el tema de una conferencia que le presentó la periodista de FARO Marta Fontán y en la que la psicóloga partió de la experiencia de que, cuando tenemos el corazón roto, cuando sentimos el dolor de una ruptura, creemos que será insuperable, que difícilmente se pasará y tal creencia nos causa más desesperación y dolor. "Podemos quedarnos –dijo– lamentándonos nuestra suerte o podemos ponernos en marcha para superar la pérdida".

Cadarso, autora en La Esfera de los Libros de "Botiquín para un corazón roto", dice que en esos momentos hay que darse cuenta de que podemos elegir quedarnos en el lamento o buscar soluciones para salir fortalecidos. Y, antes de nada, propone aprender a aceptar la realidad tal cual es: si se ha terminado, se ha terminado la relación y, no se debe mantener una postura ambigua, de una indecisión que no permita restablecer un punto de partida. Si hay que pasar un normal proceso de duelo, decía Cadarso, hay que procurar vivirlo sin culpar a otro ni culparse a sí mismo ya que en la pareja ambos son responsables. Otro consejo que dio la psicóloga, producto de su larga experiencia clínica, es que "hay que aprender a perdonar y hacer nuevos amigos con los que puedas compartir una nueva vida. Y, por supuesto, practicar el optimismo y la confianza de que algo mejor llegará. No dejes que la falta de confianza te pueda".

Confusión y dolor

Tenemos que entender que cada crisis o ruptura, opinó la psicóloga, nos coloca inicialmente en una situación de confusión y dolor emocional, pero a la larga nos va a permitir conocernos mejor, darnos cuenta de nuestros recursos y aprender nuevas conductas de cara al futuro. "La vida es un continuo aprendizaje y del mismo modo que aprendes puedes desaprender actitudes o comportamiento que tu experiencia te ha demostrado negativas. La vida nos presenta dificultades pero también los mecanismos para vencerlas".

Según Victoria Cadarso "hoy en día se está estudiando a fondo la relación entre el tipo de apego o vínculos de la infancia con la familia y el tipo de apego en las relaciones adultas. Se ha comprobado que quienes han vivido un apego afectivo y seguro en la infancia tienen relaciones adultas sanas. Existen, por el contrario, apegos inseguros, disfuncionales (el apego ansioso, el evitativo y el desorganizado) en la pareja que son consecuencia de experiencias vividas con los primeros cuidadores en la infancia".

La psicóloga habló de los modos del amor, de esas fases que se pasan y que algunos no toleran, como pretendiendo estar siempre enamorados. "Algunos consideran que no tiene sentido seguir una relación de pareja cuando ya se pasó el enamoramiento pero a esa etapa siguen otras como la de acoplamiento, la de convivencia, la de autoafirmación, la de colaboración... y todas pueden tener un sentido positivo si se entienden y no se cae en la ingenua creencia de que siempre se tienen que sentir mariposas en el estómago. El amor no se va si se quiere, sino que se transforma siempre que exista un ánimo constructivo".

De falsas creencias que obstaculizan nuestra capacidad de reaccionar positivamente cuando la relación se rompe habló también Cadarso y citó varias, como la idea labrada en la infancia de los "príncipes azules", "lo que nos lleva a exigir del otro cosas que no pueden darse. Es un prejuicio, igual que el de la creencia de que nos tienen que hacer felices a nosotros. Una de las cosas que debemos aprender es a tolerarnos, comprendernos, ayudarnos... En Estados Unidos, ante la marea imparable de divorcios, está surgiendo un movimiento denominado "Salvemos las parejas" que trabaja y reflexiona para su supervivencia".