La madrugada del 20 de marzo de 1980, Antolín Medina regresaba de Vigo a su domicilio en Monterroso (Lugo) tras haber realizado un servicio con el taxi. Cerca de las tres, cansado ya por el largo trayecto, aceleró el coche dejando atrás las solitarias calles del casco urbano de Chantada. El cielo, extrañamente despejado, mostraba un espléndido manto de estrellas. Tras sobrepasar la subestación de energía eléctrica ubicada en la zona de As Lamela, Antolín comenzó a sentir una opresión en el pecho, acompañada por una fuerte sensación de electricidad estática en la atmósfera.

"Me bajé del coche porque sentí que me faltaba el aire, no podía respirar... Notaba algo raro en el ambiente, algo que me oprimía. Enseguida se me fue la vista hacia arriba y fue cuando lo vi... Era algo enorme y oscuro. Estaba inmóvil a unos cien metros y parecía un triángulo, de tamaño descomunal..."

Podemos pensar que es el testimonio de un loco, de alguien que ha bebido más de la cuenta, de una persona que confunde sueño y realidad. Pero cientos de testigos que no padecen ninguno de estos problemas han relatado a lo largo de más de sesenta años sucesos parecidos en los que algo que escapa de nuestro entendimiento ha contactado con la Tierra.

¿Estamos solos en el universo? Los investigadores de sucesos paranormales lo niegan con contundencia y a ellos se unen, cada vez más, científicos, astrónomos, biólogos y astronautas. El instituto de la Nasa SETI (Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre) cumple 50 años y un inmenso muro se sigue alzando ante ellos: la imposibilidad de ofrecer pruebas.

Marcelino Requejo es autor del libro "OVNIS Alto secreto" e investigador del fenómeno desde hace casi 40 años, una pasión que comenzó cuando era un adolescente y observó en un pueblo de Zamora "un aparato extraño, a unos 800 metros de altura que no emitía ningún ruido y, desde luego, no era un avión". Desde entonces, se ha dedicado a recopilar una numerosa información sobre avistamientos de este tipo ocurridos en toda España, especialmente en Galicia, donde reside.

"En Galicia ha habido avistamientos que no tienen nada que envidiar a los de otras partes del mundo; espectaculares aunque desconocidos". En su libro sobre estos objetos voladores reúne 35 impactantes casos, entre los que se encuentra el sucedido en Chantada que abre este reportaje. "Diez años después, en Bélgica, se realizaron filmaciones de un objeto muy similar al que observó el taxista, aunque de menores proporciones", explica Requejo.

Pero uno de los casos que más impactó el ufólogo gallego fue el sucedido en septiembre de 1999, cuyos testigos fueron una niña de 8 años y un vecino de 73. Ambos aseguraron ver en su casa, en un barrio a la afueras de Vigo, un extraño aparato sobrevolando el tejado de la casa, de color plomo, forma de balón de rugby y muchas ventanas, desde las cuales vieron moverse varias figuras. Lo que fascinó a Requejo de esta historia fue la claridad con que dibujó la pequeña al día siguiente el extraño objeto volador. "Aún hoy, diez años más tarde, lo recuerda todo con nitidez", asegura Requejo.

Marcelino cree a las decenas de testigos a las que ha entrevistado durante todos estos años. "No es posible que personas que no se conocen de nada, en Asturias y Galicia, describan de manera idéntica lo que vieron y lo estén inventando", argumenta. Se refiere en concreto a varios avistamientos sucedidos en 1996, el año más fructífero hasta ahora en Galicia, en el que los numerosos testimonios llegaron a varios medios de comunicación.

Manuel Carballal, uno de los investigadores de campo más activos en Galicia, califica ese año como el de la "gran oleada de OVNIS" en Galicia. El investigador recogió unos cuatrocientos casos producidos en Galicia entre 1945 y 1995. Pero entre finales de este año y principios del 96 se reportaron hasta doscientos avistamientos. Es decir, en torno a la primera mitad de 1996 se denunciaron tantos OVNIS en Galicia como los que se habían avistado en 25 años.

Carballal entrevistó a docenas de testigos que habían presenciado el paso de extraños objetos triangulares o rombiodales por los cielos gallegos. "En momentos así uno lamenta no contar con el apoyo de ninguna institución pública o privada para ayudar a soportar la enorme inversión de tiempo y dinero que requiere una investigación", lamenta en su libro "Los expedientes secretos".

Requejo se une a esta crítica. "Existe una clara ocultación del fenómeno y, si durante la Guerra Fría podía tener sentido para evitar que los soviéticos desinformaran sobre sus naves y crearan una oleada de pánico, pero hoy en día el secretismo está trasnochado", opina.

Miguel Pedrero, investigador coruñés que trabaja en la revista "Año Cero" y "persigue" casos de ovnis desde hace años coincide con su colega en esta observación. "Es un error que no se den a conocer todos los datos sobre estos fenómenos; la sociedad está preparada y estoy convencido de que no cambiaría nada para casi nadie", asegura. "Si desde el ámbito académico se investigase seriamente creo que se podría llegar a conclusiones interesantes; ese es el camino a seguir si queremos conseguir respuestas ya que, desde el años 47, cuando empezó la era moderna de los ovnis, no hemos logrado ninguna", apunta.

La conclusión a la que sí ha llegado Pedrero durante estos años es que el fenómeno ovni "es mucho más complejo que marcianos en naves de chapa. Está claro que poseen una tecnología mucho más avanzada que la nuestra, por lo que no es casual que se dejen ver en ocasiones; se muestran porque quieren hacerlo y todo está muy planificado", explica.

No hay explicaciones ni pruebas contundentes. Esa es la realidad en estos momentos. La búsqueda de civilizaciones inteligentes sigue siendo un misterio aunque algunos, como el astrónomo estadounidense Frank Drake, ofrezcan un sustento matemático a la incógnita. La "ecuación de Drake" es un cálculo de probabilidades que permite estimar el número de civilizaciones inteligentes existentes en nuestra galaxia. N = R x fp x ne x fl x fi x fc x L. No apto para profanos, como el propio fenómeno.