"Un día encontré una lobera con varios cachorros y me puse a jugar con ellos. Me quedé dormido a su lado y al despertar llegaron los padres con carne para los pequeños. La loba se me quedó mirando fijamente y me tiró un trozo de carne. Yo no me atrevía a cogerla porque una vez ya me había dado un mordisco, pero ella me la acercó más con el hocico. Yo tenía mucha hambre, así que la cogí y me la comí como ellos, cruda. Desde entonces me convertí en uno más de la manada".

Marcos Rodríguez Pantoja vivió desde los seis a los diecinueve años aislado en Sierra Morena. Su padre le vendió a un cabrero que, a los pocos días, desapareció y le dejó aislado en este paraje, rodeado de lobos que se convirtieron en sus fieles amigos. La Guardia Civil le rescató de esta soledad con un aspecto más parecido al de un lobo que al de un humano: con el pelo por la cintura, la piel curtida por el sol e impregnado del olor de estos animales. Tras pasar por varias familias que le acogieron y desarrollar todo tipo de trabajos en los que, poco a poco, se adaptó a la vida social, Marcos reside ahora con un matrimonio mayor en una aldea de Ourense.

Más de cuarenta años después, ha regresado a su hábitat de la mano del director de cine Gerardo Olivares, que está rodando una película y un documental sobre su fascinante historia. En el documental, del que elmundo.es ofrece un adelanto, se percibe a un Marcos perfectamente integrado en el entorno. Se reboza por el suelo con una loba, bebe agua del río. se sube a las rocas, aúlla, los lobos le rodean y aúllan con él. "Los animales son mejores que las personas", asegura. Y se le ve feliz. "Esto es... no se puede explicar", afirma a la cámara.

Para la película "Entre lobos", Gerardo Olivares –autor de otras dos películas documentales "La gran final" y "14 kilómetros"– ha elegido a Juan José Ballesta como protagonista y contará en el elenco con actores de la talla de Sancho Gracia, Carlos Bardem y Luisa Martín. La cinta se rueda estos días en espacios salvajes de Sierra Morena, con animales salvajes y entrenados.

Vendido por su padre

Marcos nació en 1946 –hoy tiene 64 años– y su padre lo vendió a los seis años a un pastor. "Por aquel entonces era normal que familias sin posibles colocaran a sus hijos allá donde les dieran algo de comer y les enseñaran un oficio", apunta el director del documental. Pero no fue el caso de Marcos. El niño fue a la sierra y el pastor Damián le enseñó a cuidar a las 300 cabras, a cazar y a hacer fuego. Un día Damián salió a cazar un conejo y nunca más volvió. Desde entonces, la única visita que muy de vez en cuando recibía Marcos era la del dueño de las cabras, que le llevaba un pedazo de pan.