"Este no es el fin de la guerra ni el principio del fin de la guerra, pero al menos es el fin del principio". El presidente de la Fundación Pedro Barrié de la Maza, José María Arias, recurrió a una cita de Churchill. El deán de la catedral de Santiago, José María Díaz, parafraseó a Cicerón para enfatizar que ayer se puso fin a un "período de dudas, vacilaciones, contradicciones y perplejidades". El conselleiro de Cultura, Roberto Varela, recurrió a un proverbio francés, "bien está lo que bien acaba". Y el arzobispo de Santiago aludió a cómo Dante imaginó a Beatriz dirigiéndose al Apóstol Santiago: "Haz que desde aquí resuene la esperanza".

Todos ellos se referían a un convenio, el firmado ayer entre los gobiernos central y autonómico, junto al arzobispado, la catedral y Barrié de la Maza, que "desbloquea" la restauración del Pórtico da Gloria al implicar a la Consellería de Cultura, a través de la Dirección Xeral de Patrimonio, en la codirección técnica de las obras. Hasta ahora, la falta de implicación de la Xunta provocaba una ralentización a la hora de lograr permisos por parte de los técnicos que están monitorizando la obra del Mestre Mateo. A partir de este momento, el arquitecto Iago Seara pilotará el proyecto junto a Concha Cirujano, que hasta ahora se hacía cargo sola de la supervisión por parte del Ministerio de Cultura.

La única que no recurrió a ninguna cita fue la titular de este departamento, Ángeles González-Sinde, quien mostró su "compromiso incondicional" con la iniciativa, que vio "un buen camino para empezar a trabajar". Al respecto, Núñez Feijóo, que se reunió previamente con ella, agradeció la colaboración del Gobierno central para "aligerar" los trabajos de una pieza que "lleva meses en situación mejorable".

Pese a que las dos Administraciones se pusieron las pilas para trabajar conjuntamente –ayer mismo se iniciaron los trabajos de toma de muestras de polvo para ofrecer un diagnóstico para la restauración–, Cirujano no avanzó una fecha de finalización de todo el proceso de restauración. No obstante, Barrié espera que antes de fin de año esté redactado ya el proyecto de conservación preventiva. En todo caso, la fundación también confirmó que el andamio no se retirará, sino que sólo se aligerará, para la visita papal.