La tradición católica cifra en cuarenta los días necesarios para prepararse de cara a la Semana Santa. Un periodo destinado a la reflexión y la penitencia en el que, entre otras prácticas, hay que evitar el consumo de carne. Pese a que los más devotos llevan desde el miércoles de ceniza con la vista puesta en las celebraciones que recuerdan la pasión, muerte y resurreción de Jesucristo, la mayoría de los ciudadanos comienza hoy, Domingo de Ramos, a vivir la Semana Santa. Para no perderse entre los diferentes ritos y eventos que estos días recorrerán lo largo y ancho del país es necesario conocer ciertos términos propios de esta conmemoración religiosa. Como cualquier tradición arraigada, la Semana Santa cuenta con su particular vocabulario.

Archicofradía. Se trata de la cofradía -congregación de devotos a Cristo, la Virgen o un santo determinado que se rigen por unas reglas- más antigua de una localidad y que por tanto disfruta de mayores privilegios que el resto de hermandades. Las únicas cofradías que salen en procesión en Semana Santa son las llamadas penitenciales, aquellas que lo hacen en cualquier época son las de gloria. Los miembros de las cofradías o hermandades que participan en las actividades durante todo el año se llaman cofrades mientras que, en algunas comunidades, se denomina capiroteros a los que sólo salen en Semana Santa.

Bacalao. Al margen de tratarse de un pescado típico de la época de cuaresma, las cofradías designan de forma popular con este nombre al estandarte que las identifica a cada una de ellas y que abre las procesiones en las participan. Se trata de una insignia con asta en forma de cruz y rematada por otra cruz, con un paño bordado recortado en la parte inferior en forma de triángulo, con el escudo de la hermandad o el de la imagen a la que veneran en el centro.

Costaleros. Se trata de los hombres que llevan los pasos -imágenes de santos- armados en trono sobre las cervicales. Cada uno soporta una media de 60 kilos de peso durante las horas que dura la procesión que, en casos ciudades como Sevilla o Málaga, pueden pasar de las diez horas. Durante meses salen a la calle para ensayar el recorrido y el compás típico de las procesiones. Como medidas de protección, los costaleros suelen llevar un costal -almohadilla de algodón que se colacan sobre la nuca-, una faja que se ajusta en la cintura y los riñones y alpargatas como calzado.

Domingo de Ramos. La jornada de hoy da inicio oficialmente a las celebraciones de Semana Santa aunque en algunas localidades se da el pistoletazo de salida ya el pasado viernes, conocido como el de los Dolores. Los católicos acuden a las iglesias a bendecir ramos de olivo o palmas para conmemorar la entrada de Jesucristo en Jerusalén con motivo de la pascua judía, cuando fue aclamado por las multitudes que le cubrían el camino de entrada con ramas de árboles.

Estación. Cada una de las visitas o paradas que realiza una cofradía por devoción a un altar o iglesia y en las que practican rezos delante del Santísimo Sacramento. Estas visitas suelen realizarse durante el Jueves y Viernes Santo.

Fijador. Es el costalero que va en cada trabajadera -cada uno de los travesaños de madera que cruza el paso procesional de un sitio a otro- en la parte que da al exterior y que según la inclinación del piso de la calle debe apoyar y reforzar el trabajo del resto de costaleros que van en el centro del paso así como fijar la posición.

Guardabrisas. Recipiente de cristal, abierto por arriba y por abajo, donde se sitúan las velas que se encienden en honor a cualquier santo o virgen para que no se apaguen a causa del aire.

Horquilla. Vara larga que termina en dos puntas que se utiliza durante las procesiones -generalmente en las calles muy estrechas- para levantar los cables cruzados de la luz y evitar que se enganchen en los doseles o las coronas de la vírgenes.

Igualá. Término que utilizan en el sur de España para designar el orden por el que se sitúan los costaleros debajo del paso. Los cofrades se sitúan por alturas, de mayor a menor: los más altos en la delantera de la imagen y los más bajos, detrás. Durante la procesión, el capataz dirige a los costaleros a través de sencillas voces como “izquierda atrás” o “deracha adelante” para girar en un sentido u en el otro. Si se avisa de “menos pasos” es que hay que ralentizar la marcha.

J de Torrijas. El postre por excelencia de la Semana Santa nació a finales del siglo XV cuando comenzó a cocinarse en los conventos de religiosas para aprovechar el pan sobrante. Para prepar las más clásicas basta con hervir un litro de leche con azucar, rayadura de limón y canela. Una vez templada se mojarán las rebanadas de pan ella, se pasarán en huevo y se freirán en aceite. Antes de ponerlas en la mesa hay que espolvorearles azúcar por encima. Como cualquier otro plato, la innovación ha llegado al mundo de las torrijas y ya se pueden preparar de vino, miel o de coco.

Llamador. Una especie de martillo de metales nobles como la plata o de madera con ornamentación que utiliza el capataz para dar la señal a los costaleros de que deben levantar ya el paso procesional e iniciar el recorrido estipulado en función de la celebración que se trate. Es muy importante que este proceso se haga de manera acompasada para evitar que se desplacen o caigan algunos de los elementos que conforman la imagen (velas, flores, palio, etc...). Lo habitual es que los costaleros levanten el paso al tercer toque con el llamador.

Morcilla. Se designa de este modo a la protección que utilizan los costaleros sobre la nuca. Es una almohadilla alargada que el hombre se pone en el interior de su costal de modo que le caiga en el centro de su cerviz para amortiguar la presión de la viga de madera por el peso de la imagen.

Nazareno. Los ciudadanos que desfilan delante de los pasos en las procesiones de Semana Santa se denominan penitentes o nazarenos. Se identifican porque van vestidos con túnicas -el color varía en función de la cofradía aunque el negro y el morado son los más comunes-, una medalla, un fajín y el característico capuchón o antifaz. Erróneamente, a veces, se llama capirote a lo que cubre la cabeza de los nazarenos. Sin embargo, capirote es el cono de cartón que se introduce dentro de la tela del antifaz. Además, muchos nazarenos completan su vestimenta con una capa.

Orfebrería. Es el arte de trabajar los metales preciosos aunque en Semana Santa se aplica a todas las obras de arte de plata y oro que conforman los pasos procesionales. Su labor va desde coronas, sagrarios o cruces hasta diademas para vírgenes, faroles para penitentes o incluso las portadas de los libros de reglas que tienen todas las hermandades.

Pasos. Cada una de las imágenes o grupo de imágenes que representan un suceso de la pasión de Cristo -sus últimos días, la muerte y su resurreción- y que suelen sacarse en procesión únicamente en Semana Santa. Un paso puede llegar a pesar más de 2.000 kilos, lo que obliga a que sean decenas de hombres los que tengan que trasladarlo durante las procesiones.

Quinario. Periodo de cinco días que los miembros de una hermandad o cofradía dedican a la devoción y culto de la virgen o el santo al que veneran. Estas actividades pueden realizarse en cualquier época del año y no tienen porqué coincidir con la Semana Santa.

Respiradero. Es una celosía que rodea los pasos procesionales y que se utiliza para que los costaleros que transportan la imagen puedan ver y respirar sin ser vistos. Suelen tener algún tipo de ornamentación para decorar el trono del santo o virgen en cuestión.

Saeta. Un canto religioso, dedicado a la virgen y a Jesús, que se interpreta al paso de una procesión o cuando la cofradía para en determinados puntos del recorrido. Su origen se remonta a los siglos XVI y XVII cuando los monjes de algunas órdenes religiosas entonaban estos cánticos durante la Semana Santa. Pese a que están presentes en las procesiones de muchas localidades españolas, son más habituales en el sur del país.

Túnica. Es una de las piezas clave del vestuario de cualquier cofrade que desfile en Semana Santa. El color de la túnica depende de la cofradía aunque cada uno tiene un significado. Los más comunes son el morado -que simboliza la penitencia o la cuaresma- y el negro, para el luto. Quienes van de blanco simbolizan la fiesta y la pureza, el verde es para el tiempo de espera, el marrón tiene vínculos franciscanos o de pobreza y el celeste es para la advocación mariana.

Vía crucis. Expresión latina que se utiliza para denominar al recorrido que se realiza el Viernes Santo para recordar el trayecto que hizo Jesús desde que fue aprehendido hasta que fue crucificado. Los fieles siguen un itinerario por la localidad correspondiente parando en cada cruz que se encuentre para rezar ante ella y rememorar los episodios que vivió el hijo de Dios camino del Calvario.

X de Crucifixión. Método antiguo de ejecución en el que el condenado era amarrado o, como en el caso de Jesucristo, clavado literalmente a una cruz o un árbol. La muerte de Jesús se produjo un viernes y por ello, los actos de conmemoración entorno a la cruz se centran en el Viernes Santo. El Nuevo Testamento asegura que el perfecto romano de Judea, Poncio Pilatos fue el encargado de dictar la orden de detención contra Jesucristo y su posterior ejecución, que se realizó junto a la de dos ladrones. Fruto de este episodio de la historia católica, la imagen de Jesús suele representarse crucificado en todas las iglesias.

Yunque. Parte fija de un llamador que incluyen todos los pasos y sobre el que el capataz golpea el martillo para dar la señal a los costaleros de que todo está preparado para que alcen el trono procesional y de este modo iniciar el recorrido correspondiente a la celebración de Semana Santa.

Zambrana. Travesaño de madera que une cada una de las patas del armazón que componen un paso de Semana Santa. Una estructura formada por varias vigas de madera y celosías para que los costaleros puedan ubicarse en la parte inferior sin ser vistos y trasladar el trono de la imagen venerada.