"Telón de fondo" reúne en la Sala de Exposiciones Caixanova de Vigo retratos de estudio de fotógrafos gallegos que abarcan desde 1880, fecha en que el ferrocarril conecta las ciudades de Vigo y A Coruña con el resto del Estado, hasta 1960, cuando la cámara entra en los hogares y la fotografía de estudio pierde su función. Comisariada por Manuel Sendón y Xosé Luis Suárez Canal, padres de la Fotobienal de Vigo, esta colectiva aborda la fotografía de estudio en el sentido más amplio, ya que no se circunscribe al espacio físico. "En el rural, los medios eran muy humildes y la galería era sustituida por la entrada de la casa e incluso la huerta del fotógrafo, en la que se ponía un paño de tela de fondo para realizar la fotografía", explicó Suárez.

Según los comisarios, la muestra constituye un "estudio sociológico sobre la fotografía histórica" que permite ver no sólo sus distintas funciones, sino la importancia que para el fotógrafo tenían aspectos como la puesta en escena y la pose del retratado. "Las manos eran especialmente importantes para el fotógrafo, que casi siempre recurría a una silla o a una mesa alta para colocar alguna de ellas", comentó Suárez.

"Telón de fondo" está estructurada en dos partes, según detallaron los comisarios. La primera reúne un centenar de fotografías de Jaime Pacheco (Vigo), José Samaniego, Pedro Brey (familiar del lídel del PP, Mariano Rajoy), José Pacheco, Ramón Caamaño, Foto Chao, José Domínguez o Lucas, José Moreira, Maximino Reboredo y José Vidal, restauradas digitalmente por Sendón y Suárez y que se presentan colgadas en la pared. La otra exhibe en vitrinas copias originales, cedidas por diversas instituciones y particulares, de Ramón Caamaño, Bernardino González, Juan Nuevo, Joaquín Pintos, José Seller y Francisco Zagala, así como otras de autores anónimos.

"El caso de Caamaño, con fotos originales y digitalizadas, permite ver el valor de evocación de las primeras y comparar ambas técnicas ", explicó Sendón, que añadió que muchas de estas fotografías se exhiben por primera vez en esta colectiva.

El recorrido lo completan tres vitrinas temáticas sobre los principales acontecimientos para los que era contratado un fotógrafo de estudio: bodas y primeras comuniones –las de bautizo son posteriores, matizaron los comisarios–; fotografías de escuelas, y ferias y fiestas, y una cuarta dedicada al fotomontaje.

"En muchas ocasiones, el fotógrafo tenía que incorporar a una persona que no estaba en un retrato familiar, para lo que acudía al fotomontaje", explicó Suárez.

"Telón de fondo" descubre además al visitante aspectos tan sorprendentes como el retoque, práctica que ya se estilaba en las décadas de los cuarenta y cincuenta y que fotógrafos como José Samaniego realizaban sobre las placas. De esta forma, el retratista afinaba cinturas y cubría las imperfecciones del rostro, tal y como se hace ahora con Photoshop.

La principal función de la fotografía de estudio era el recuerdo. Por ello, era habitual retratar a los muertos. "En muchas ocasiones era la única fotografía que la familia tenía del fallecido", matizó Suárez, que añadió que a finales del siglo XIX y principios del XX, este tipo de retratos no resultaban tan morbosos como ahora. "Tenían otra forma más natural de abordar la muerte", agregó.

"Telón de fondo" exhibe también un paño de Vigo con más de cien años de antigüedad que los comisarios han instalado a la entrada de la sala para que los visitantes que lo deseen puedan fotografiarse delante de él. María Pereira, directora de programación de la Obra Social de Caixanova, adelantó que tras su paso por Vigo, la exposición itinerará por las principales ciudades de la comunidad.