No disimula cuando muestra el asombro ante algunos de los casos que lleva a su programa “Cuarto milenio”. Iker Jiménez es un apasionado de su trabajo; no mira el reloj cuando habla de temas esotéricos, mágicos y paranormales y lamenta que la inmensa sociedad rechace lo desconocido. Él creció rodeado del arte de sus padres y los anticuarios de sus abuelos y asegura que no deja de maravillarse ni de hacerse preguntas.

-La búsqueda de inteligencia extraterrestre (SETI) cumple ya 50 años. ¿Han cambiado las cosas desde entonces?

-El misterio no ha cambiado en absoluto y las respuestas tampoco. Ha variado la percepción de la sociedad hacia el fenómeno y el interés ha decrecido por falta de respuestas. Se ha hecho mucha risa fácil sobre el asunto e internet ha favorecido, al mismo tiempo, los bulos y la información seria.

-¿Ese descreimiento está infundado?

-Las posibilidades de que haya vida fuera de nuestro planeta han crecido enormemente según los más recientes descubrimientos científicos. Nadie sabe a ciencia cierta qué es el fenómeno ovni, pero lo que creo es que somos muy pequeños para ser los únicos seres inteligentes del Universo.

-Si los gobiernos dedicasen medios seriamente a descifrar el misterio, ¿cree que se obtendrían respuestas?

-Sinceramente, no. El fenómeno no se deja más, aunque contáramos con los equipos más sofisticados se nos seguiría escapando. Pero he tenido testigos de máxima fidelidad y yo creo en él.

-La desclasificación de documentos secretos de este tipo de asuntos en diversos países, ¿indica que algo está cambiando?

-Hay un problema con la desclasificación, que es que no se han mostrado muchas cosas, precisamente las más espectaculares. Es curioso que coincidan varios países con esta decisión de sacar a la luz sus documentos. Sin embargo, creo que los ejércitos se han limitado a recoger información pero no hay ninguna prueba nueva que explique el fenómeno.

-¿Es un buen momento para hacerlo?

-Tengo mis dudas. Tristemente, la inquietud de las personas por buscar respuestas ha sufrido una involución tremenda. Nos encontramos con el triunfo de una visión mecanicista de la vida en la que todo se reduce a lo científicamente probado, cuando la realidad es mucho más compleja. Ese pensamiento absolutamente material hace que la gente cuando se enfrenta a los misterios sienta más angustia; hoy tenemos más medios, pero menos ganas de resolver misterios.-Galicia, tradicionalmente, ha estado muy vinculada a lo sobrenatural.

-Junto a Egipto, diría que Galicia es la región más conectada a estos fenómenos. Para mí, uno de los más interesantes es el de la aparición de la Santa Compaña. La última oleada de avistamientos, a mediados de los 90, hizo crecer el interés, pero acabaron en una gran incógnita.

-¿Qué piensa usted, personalmente, de esa oleada de avistamientos?

-Es fácil decir que la gente inventa, pero entonces habría casos de este tipo todos los días. Ha habido oleadas también en el País Vasco en los años 70 o en Burgos en los 80. Cientos de testigos que coinciden. Ahí pasa algo exógeno, aunque no lo podamos explicar.