El borrador de la ley de montes que prepara la Xunta quiere proteger las setas por ser estas un recurso forestal de importancia en determinadas zonas de Galicia. Pero ante la posibilidad de que la Consellería de Medio Rural estableciera unos cupos máximos y cobrara por recoger setas en los montes, los micólogos gallegos estarían dispuestos a pagar un valor simbólico para la protección del espacio forestal. “Si abonar tres euros me va a permitir disfrutar de un monte más limpio y encontrar ejemplares interesantes y en buenas condiciones yo estaría dispuesto a pagarlos”, asegura Carlos Álvarez, presidente de la Federación Galega de Micoloxía. “En lugar de la ley debería primar el sentido común, pero es cierto que si no se regulan algunas prácticas no se mejorará en este sector. No se puede permitir que la gente recoja setas sin más y luego las tire porque se encuentra con una gran cantidad”, añade.

Los micólogos están dispuestos a dialogar con el gobierno gallego para alcanzar un acuerdo sobre una regulación en la recogida de setas porque creen necesario un mayor control sobre esta práctica. “Sancionar a los seteros no es la solución. Una opción sería crear la figura de un vigilante forestal que controlara las especies y las cantidades”, argumenta el presidente de la Federación Galega de Micoloxía.

Así, el experto cree que la idea de crear cotos micológicos no es tan descabellada como se podría pensar en un principio. “No estaría mal que se acotaran algunas zonas, pero una cosa es llevarlo a cabo y otra distinta que el monte esté preparado para ello porque necesitaría un mayor cuidado”, opina Carlos Álvarez. “En poco tiempo será algo que se hará en Galicia como en otras zonas de España, pero siempre sería conveniente dejar lugares para el ‘libre marisqueo’”, dice.

En relación a esto, Medio Rural emitió ayer un comunicado en el que recuerda que la gran mayoría de los montes en Galicia son de propiedad privada. “Las setas son propiedad del dueño del monte desde que surgen sobre el terreno y por lo tanto no tiene sentido hablar de cobrar o aplicar una regulación expresa”, informa la nota.

Aún así, en comunidades como Cataluña el gobierno regional ha delimitado zonas de montes comunales y también particulares para la recolecta de hongos. “En las zonas en las que esta actividad está regulada la riqueza micológica creció”, cuenta Carlos Álvarez.

Uno de los objetivos de la Xunta es regular el sector para evitar la sobreexplotación y la mala recogida del producto. Medio Rural niega en el comunicado que vaya a cobrar por recoger setas o establecer carnés para los aficionados a la micología que recolecten hongos.

Principales problemas

Los principales problemas con los que se encuentran los micólogos gallegos son la recogida de setas de pequeño tamaño y la utilización de herramientas que puedan dañar el medio. “Algunas personas emplean rastrillos para no perder mucho tiempo y los ejemplares que nacen después crecen entre tierra y palos”, indica Carlos Álvarez.

Otra de las actividades que denuncian es la recogida masiva de setas. “Los hongos son un alimento muy pesado y sanitariamente no es recomendable consumir más de 300 gramos a la semana. Es un desperdicio coger dos kilos para dos personas, por ejemplo”, explica. “El sentido común es el que debe establecer el máximo que se puede llegar a sustraer”, añade.