La defensa de la ecocardiografía en lugar de la habitual prueba de esfuerzo como técnica diagnóstica de primera elección para detectar patologías cardiacas es el germen de un trabajo elaborado por cardiólogos del Hospital de A Coruña que ha sido elegido por la prestigiosa revista científica The Lancet como la mejor del año 2009.

"Es una satisfacción enorme y un orgullo porque The Lancet es una de las tres primeras revistas científicas del mundo y en un año reciben cientos de trabajos de gran nivel", aseguraba ayer Alberto Bouzas, director de la investigación.

El dolor torácico es uno de los motivos de consulta más frecuentes en los Servicios de Urgencias, ya que la población es consciente de que puede tratarse de un síntoma de enfermedad coronaria. La prueba que actualmente se recomienda como elección inicial en estos casos es la ergometría convencional, la conocida como "prueba de esfuerzo", que consiste en "estresar" al corazón haciendo ejercicio programado sobre una cinta rodante y registrar la posible aparición de dolor torácico o cambios en el electrocardiograma durante dicho ejercicio.

El equipo de Bouzas investigó durante 12 años con más de 4.000 pacientes que presentaban dolor torácico y se les realizó la prueba de esfuerzo, en la que no constataron dolor torácico ni cambios en el electrocardiograma.

El acierto de los médicos gallegos fue añadir a esa prueba convencional una prueba alternativa, la ecocardiografía de ejercicio, que permite visualizar directamente cómo se contrae el corazón durante el ejercicio.

En resultado fue sorprendente. Un total de 669 de esos pacientes (un 16,7%) presentaron un ecocardiograma anormal y, haciendo un seguimiento de ellos durante cuatro años, constataron que presentaban el doble de la tasa de mortalidad y de eventos cardiacos graves a la de los pacientes con el ecocardiograma normal.

"Hay muchos pacientes cuya enfermedad cardiaca pasa desapercibida en la prueba de esfuerzo", alerta Bouzas. "El ecocardiograma presenta muchas ventajas, ya que visualiza el corazón, es una prueba barata, no emite radiación ni precisa administración de ningún fármaco", destaca el cardiólogo nacido en Ordes.

Por contra, esta prueba tiene un inconveniente: requiere un entrenamiento especial del cardiólogo para manejarla. Esto hace que en España no sea una técnica muy utilizada, "En el hospital de A Coruña la manejamos todos los cardiólogos", apunta Bouzas que, además, destaca el hecho de que han sido los primeros en realizar esta prueba mientras el paciente se encuentra realizando ejercicio sobre la cinta en lugar de inmediatamente después, tumbado sobre la camilla. "Es un poco más complicado hacerlo así, pero se consiguen detectar mejor las alteraciones", explica el experto.

Fue el cardiólogo Jesús Peteiro quien inició este modo de trabajo en 1995. Junto a Bouzas y Peteiro, este trabajo ha contado con la colaboración de Francisco Broullón, Nemesio Álvarez, Víctor X. Mosquera, Lourdes García y Luis Ferro.