El príncipe de Asturias animó ayer a que "los valores y altos ideales" que inspiran el Camino de Santiago "sigan orientando la maquinaria" de la construcción de Europa, en el año en que se cumplen los 25 años de la incorporación de España a la Unión Europea, "esta gran obra humana de integración que avanza inacabada". Durante su discurso en el acto conmemorativo del Año Santo Jacobeo 2010, celebrado ayer en Roncesvalles, don Felipe defendió que el Camino de Santiago "es y ha sido de modo esencial ruta de Europa y vía de universalidad", y destacó que la ruta jacobea fue "el primer proyecto europeo común, la primera empresa en que gentes de muchas colectividades confluyeron por varias sendas en un destino único". El Príncipe afirmó que le vuele a "llenar de emoción" regresar al "legendario" Roncesvalles para en esta ocasión, "ya junto a la princesa Letizia", volver a presidir los actos conmemorativos del inicio de un Año Santo Jacobeo.

El Príncipe, que definió el Camino de Santiago como "un tapiz de principios que nos ofrece la oportunidad de tomar el pulso a la vida y al espíritu", afirmó que la ruta jacobea "nos evoca concordia, solidaridad y unión, al mismo tiempo que nos invita a superarnos, a mirar más allá y a perseguir altas metas". "Sabemos que el Camino no es sólo una senda que se recorre, sino que representa nuestras más profundas aspiraciones y proyectos", agregó.

Así, advirtió de que "en nuestras manos y en nuestra voluntad está el andar el Camino, el perfeccionarlo y el hacerlo más transitable para nuestros conciudadanos y para nosotros mismos" y aseguró que "es nuestra libertad y responsabilidad, ya que cada paso, cada etapa en la ruta, nos acera a acompasar nuestro corazón con el latido del presente".

Igualmente, se mostró convencido de que el futuro de España "se alimenta aplicando el espíritu de solidaridad que, bajo la mirada de quien fuera declarado Patrón de España, Santiago, nos ha traído a este magnífico lugar". Por ello, consideró que la "fraternidad y superación, ideas del Camino de Santiago, deben impulsarnos a hacer de España una Nación siempre mejor" y aseguró que el país debe estar "orgulloso de su riqueza cultural tan diversa y plural, en la que las legítimas diferencias sirvan de acicate para lograr un país más cohesionado". Además, abogó por conseguir una España "más preparada y con energías renovadas, para reemprender con vigor la senda del crecimiento y del mayor bienestar".

En su opinión, "todo lo que simboliza" la ruta jacobea "refleja un bello y poderoso pensamiento sobre mucho de lo que nos une y define como españoles". "Somos una gran Nación europea de larga historia y patrimonio inmenso, que no puede comprenderse sin esa diversidad que no sólo nos enriquece, sino que sobre todo es consustancial al mismo ser de nuestro país", defendió.

El Príncipe también se refirió al Camino como "la ruta de Europa y la vía de universalidad" y afirmó que "fue el primer proyecto europeo común, la primera empresa en que gentes de muchas colectividades confluyeron por varias sendas en un destino único, enriqueciendo nuestras tierras con palabras, edificios, costumbres, alimentos, estilos de vida, leyendas y canciones que los peregrinos traían con ellos y dejaban entre nosotros como una semilla fecunda".

A la apertura del Año Santo asistieron también los presidentes y representates de las ocho cumunidades por las que transcurre el Camino, así como la ministra de Cultura, Ángels González-Sinde, y el arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, Francisco Pérez, que abrió el acto con un discurso en el que resaltó que el Camino es "semilla de civilización y cultura" .