Fue uno de los políticos clave de la Transición española y el primer presidente democrático. Su vida tiene todos los ingredientes para una buena película: un hombre que se hace a sí mismo, supera adversidades políticas, logra la meta de presidir el gobierno español, un golpe de estado, amor. El guionista gallego Carlos Asorey no dudó ni un instante en aceptar el reto de resumir la vida de Adolfo Suárez en 140 minutos cuando se lo ofrecieron y mañana se podrá ver el resultado de esta complicada misión. Antena 3 estrena el primer episodio de “Adolfo Suárez, el presidente”, un telefilme que dirige Sergio Cabrera y recorrerá la trayectoria política y personal del político, desde su juventud hasta el 29 de enero de 1981, fecha en la que presenta su dimisión como Presidente del Gobierno.

-No es habitual llevar a la pantalla la vida de un personaje vivo. ¿Cómo plantean el guión?

-La serie repasa la vida de Suárez desde su juventud en Cebreros (Ávila), pasando por sus inicios en política, cuando se convirtió en gobernador de Segovia, hasta el salto a la política nacional en la Secretaría General del Movimiento durante el régimen franquista y termina con su dimisión. Lo planteamos con una estructura que empieza por el final; con su dimisión y el golpe de Estado. Ese momento de tensión en que Suárez está en una habitación, custodiado por la Guardia Civil, es cuando comienza a recordar su vida. Ha sido complicado resumir casi 50 años de vida en sólo dos capítulos, pero estamos satisfechos del resultado y creo que hemos sido muy respetuosos.

-¿Qué opina la familia? ¿Contaron con su apoyo?

-Tuvimos una comida con el hijo de Suárez, Adolfo Suárez Illana, en el que dio su autorización para que se realizara la película. Pero la familia rehusó a colaborar y no ha querido verla hasta que mañana se estrene. De aquella reunión, al menos, sacamos algunos detalles como la reacción de la familia del presidente cuando supo que su padre estaba retenido en el Congreso el 23-F.

-¿Cómo fue, entonces, el proceso de documentación?

-Juan Carlos Rubio y yo nos leímos casi todo lo que se ha escrito sobre Suárez y repasamos muchas imágenes de televisión. También recuperamos reportajes en revistas como “¡Hola!”, ya que el matrimonio apareció algunas veces en ella. Y, por supuesto, hablamos con gente que conoció a Suárez, la mayoría políticos. Es tremendo que todos los personajes que protagonizaron este momento con él, excepto el Rey, han muerto y, en todos excepto uno- Gutiérrez Mellado, que sufrió un accidente de tráfico- la causa fue el cáncer.

-¿Cuánto hay de realidad y cuánto de elemento dramático?

-Hemos sido muy fieles a la realidad aunque hay conversaciones, como la que Suárez pudo tener con el guardia civil que le custodiaba en el 23-F, que hemos tenido que imaginarlas. La película quería profundizar en el aspecto personal de Suárez, que es lo más desconocido, y nos habría gustado contar con la familia para ello, pero creo que mostramos al Suárez más humano. -¿Quedó alguna parte de la historia fuera de la pantalla?

-Tuvimos que suprimir la infancia del protagonista, aunque estaba escrita e incluso se rodaron algunas escenas, por falta de tiempo. También tuvimos que resumir muchísimo lo que le costó a Suárez legalizar los partidos y la creación de UCD, para evitar que quedara denso o farragoso.

-¿Qué parte de su vida fue la más complicada de llevar a la película?

-Era delicada la parte personal. La historia de amor con Amparo Illana era bonita y normal, pero no queríamos dejar fuera la posible relación de Suárez con Carmen Díaz de Rivera, que fue colaboradora suya en televisión. Lo hemos tratado con delicadeza y veracidad, sin caer en el cotilleo o el amarillismo.

-El casting en una serie biográfica es especialmente importante.

-Sí porque se trata de un personaje vivo, muy conocido y ahora, por fin, respetado por todos. Encontrar a alguien parecido físicamente es muy difícil, pero era importante que al menos tuviera un aire con Suárez y, sobre todo, su aplomo. Creo que Ginés García es una gran decisión. Ha sido un acierto también que el elenco no es muy conocido y eso es bueno porque facilita a los telespectadores que los acepten en su papel.

-Es triste que el propio Adolfo Suárez no pueda opinar sobre su historia.

-Nos produce emoción y tristeza que no pueda ver el resultado y darnos su opinión debido al alzhéimer que padece. La película quiere ser un homenaje a su figura, que construyó la vuelta pacífica a la democracia. Se la dedicamos al final con un rótulo en el que se resume lo que ocurrió después del 23-F; su vuelta a la política. Produce un escalofrío pensar que hoy es ajeno a todo ello.

-¿Un cameo para el guionista, al modo de Alfred Hitchcock?

-Cuando me ofrecen una pequeña aparición suelo aceptar, porque me hace gracia. En esta ocasión aparezco en la mesa de elecciones de las primeras votaciones.

-Los telefilmes autobiográficos o basados en hechos reales son todo un éxito en estos momentos.

-En España no se habían hecho apenas por cuestiones económicas, ya que preparar los decorados, vestuario y todo lo demás para dos capítulos es difícil de amortizar, pero la historia contemporánea que los mayores hemos vivido y los más jóvenes han escuchado tantas veces, interesan a todos.