El emblema de la pervivencia en A Coruña de la simbología franquista permanece ya tumbado dentro de una caja verde de madera en un almacén municipal del polígono de A Grela. La plaza de Millán Astray mantiene su denominación, pero ayer perdió la estatua del militar golpista que le daba nombre. Cuarenta años después de que fuera levantada, la efigie de Millán Astray, obra de Xoán Piñeiro, cayó en aplicación de la ley de memoria histórica, en vigor desde diciembre de 2007, y del proyecto de reforma de la plaza de España.

El Ayuntamiento aguardó hasta ayer, día fijado para el inicio de las obras en As Atochas, para trasladar la estatua que, por la presión de la Comisión pola Recuperación da Memoria Histórica, se había convertido en el símbolo de los recuerdos de la dictadura que debían retirarse.

A las siete de la mañana comenzaron los trabajos para trasladar la figura de Millán Astray, que, tres horas después, ya se encontraba depositada en su nueva residencia, los talleres municipales de A Grela. Ahí permanecerá hasta que el Ayuntamiento, propietario de la obra, decida qué hacer con ella.

Aislada del exterior con verjas metálicas cubiertas con toldos, el peso, las dimensiones y el anclaje de la estatua obligó a intervenir a una quincena de empleados de la empresa López Cao, adjudicataria de la reforma de la plaza de España, con un camión, una grúa, martillos eléctricos y una excavadora. Los martillos retiraron el granito del pedestal, los operarios envolvieron la figura en plástico y la grúa la depositó, tumbada, en una caja con la forma de un ataúd, que luego izó para dejarla en el camión que llevó el envío hasta A Grela. Según empleados de la constructora, la reproducción de Millán Astray en bronce pesaba unos seiscientos kilogramos y su interior, hueco, estaba repleto de agua.

La estatua permanece en el almacén municipal porque, aunque el alcalde, Javier Losada, había anunciado que se trasladaría al Museo Militar, el Gobierno local todavía no ha tomado una decisión en firme. El concejal de Rehabilitación Urbana, Mario López Rico, cuyo departamento proyecta la actuación en la plaza de España, aseguró que la decisión final corresponde "a la Alcaldía y al Gobierno local", aunque no dudó en dar una "opinión absolutamente personal" sobre el destino final que le gustaría para la efigie: "Igual que hubo un jolgorio con la fundición de la estatua de Lenin, podría haber un pequeño jolgorio con la fundición de la estatua de Millán Astray".

El lugar de la figura será ocupado, tras las obras de reforma, por un "recuadro de tierra" que permita recuperar juegos infantiles tradicionales.