El anuncio de una nueva ley de ciencia, cuyo primer borrador presentó a finales de diciembre el Gobierno, quiere permitir a los investigadores que trabajen en España que cuenten con una carrera investigadora estable, basada en métodos, méritos y reconocimiento. Los científicos gallegos han calificado esta información como una “buena noticia”, a pesar de que consideran “lamentables” los recortes económicos que está sufriendo el mundo científico.

Esta nueva ley sustituirá a la existente desde 1986. “En más de 20 años la evolución de la producción científica española ha sido espectacular y nos hemos situado entre los diez primeros países del mundo en esta rama y vamos por delante en la transferencia tecnológica”, indica María José Alonso, vicerrectora de Investigación de la Universidade de Santiago (USC) y una de las expertas que ha hecho aportaciones al primer borrador.

Uno de los puntos más importantes es la dotación de una carrera científica. “Hoy en día no contamos con una carrera predecible y estable y socialmente no está reconocida”, indica Alonso. En su opinión, no existe una cultura científica y es “crítico” que la sociedad no conozca el valor de la investigación. “La ciencia no tiene una apreciación social, necesita instrumentos de difusión y los agentes implicados deben hacer un esfuerzo por buscar su visibilidad”, añade la vicerrectora de Investigación.

En este sentido, el científico Ángel Carracedo, director del Instituto de Medicina Legal de la USC, asegura que se ha mejorado mucho en producción científica pero “fallamos en traslación de la investigación al mercado y a la sociedad”, por eso cree necesarios ciertos cambios estructurales. “En Galicia es importante la creación de centros temáticos de investigación con una cierta autonomía, responsabilidad en la gestión y control de la producción”, explica. “Ha sido un grave error de muchas universidades ligar la carrera investigadora de forma absoluta a la docencia”, añade.

Son muchos los científicos que buscan en el extranjero el reconocimiento que no alcanzan en su propia tierra. “Aunque en los últimos años esta tendencia se está revirtiendo, la falta de una carrera clara de investigación basada en los méritos es el gran hándicap”, señala Carracedo, con quien coincide la astrofísica de la Universidade de Vigo Ana Ulla. “Nadie es profeta en su tierra y la manera de recuperar esos talentos es ofrecerles medios similares a los que emplean en esos países, pero las infraestructuras de las que disponemos no lo permiten”, dice.

Para la astrofísica la principal demanda de la nueva ley se basa principalmente en el reconocimiento de méritos. “La labor investigadora es muy sacrificada, es muy vocacional y no está bien pagada”, asegura. “La vocación científica está atravesando una crisis importante y los jóvenes se preguntan: ‘¿Merece la pena una carrera tan larga e incierta en la que se vive de becas?’”, cuestiona Ulla.

Precisamente la crisis que vive la vocación investigadora está llevando a la nueva ley a buscar una mejora de sus condiciones laborales para que los jóvenes tengan estímulos e incentivos. “La carrera científica no está definida a día de hoy y los licenciados cuentan con pocas ofertas de trabajo”, explica María José Alonso. “Es una carrera larga que tiene como incentivo una formación continua durante toda la vida”, añade

Escasa ayuda económica

Los científicos gallegos califican como “lamentables” los recortes económicos que se producen en el sector científico. “En España el I+D+i ha tenido un recorte del 3 por ciento, pero en Galicia asciende hasta el 20 por ciento y esa sangría se debe a que la sociedad y los políticos todavía no conocen la importancia de la ciencia”, indica María José Alonso. Así, la ministra de Ciencia Cristina Garmendia apuesta con este primer borrador por un modelo de financiación similar al de los países más avanzados, la modernización de la ciencia y la apertura a la sociedad.

¿Cuáles son las principales demandas del sector? “A nivel gallego necesitamos infraestructuras, cambios estructurales y organizativos”, afirma Ángel Carracedo. “Es importante invertir en recursos estratégicos y necesitamos saber trasladar al mercado mejor e interactuar con las empresas de forma más eficaz, y esto pasa por generar cultura empresarial y confianza entre los sectores”, explica el científico.

Otros aspectos que trata la nueva ley de ciencia son el contrato de investigadores distinguidos y la movilidad entre los diversos agentes del sector público y entre estos y el sector privado.