Académico de la lengua desde 2007, donde ocupa la vacante de Alonso Zamora Vicente, el gallego Darío Villanueva ha sido elegido nuevo secretario de la Real Academia Española (RAE). La noticia le cogió por sorpresa mientras se recupera de un accidente que sufrió hace tres meses. Este nuevo cargo supone para él “un voto de confianza” por parte de los otros miembros y una nueva etapa de gran responsabilidad.

-¿Se esperaba este nuevo nombramiento?

-Cuando me comunicaron la noticia me llevé una sorpresa. Afronto esta nueva etapa con ilusión y gratitud por la confianza que han depositado en mí los miembros de la Academia. Espero estar a la altura y serle útil en un puesto de tanta responsabilidad.

-¿En qué ha cambiado su situación como académico?

-El hecho de ser filólogo te embarca en aventuras. El cambio no ha sido drástico pero el pertenecer a la RAE supone una satisfacción profunda y cobran sentido cosas más allá de lo que pensaba. El momento más emotivo que he vivido ha sido el acto de presentación de la Nueva Gramática española, un trabajo admirable que ha marcado un hito en nuestra lengua, pues hacía más de 75 años que no se publicaba una gramática oficial de una lengua que hablan 450 millones de personas en todo el mundo.

-¿Qué reformas son necesarias en la RAE?

-Antes de mi entrada, cuando en la dirección estaban Lázaro Carreter y Víctor García de la Concha, se habían producido las reformas precisas. La RAE se ha beneficiado de las nuevas tecnologías y su colaboración con otras asociaciones académicas le ha permitido actuar con una visión global.

-Ahora tendrá que desplazarse con mayor frecuencia a Madrid. ¿Se siente muy apegado a su tierra?

-Sí, pero hoy en día las distancias son menores. En este tiempo he conseguido compatibilizar mi docencia en la Universidade de Santiago con mi puesto de académico.

-En una ocasión afirmó que existe una literatura ligera, intrascendente y hecha para usar y tirar. ¿Le falta ambición creativa al escritor?

-Siempre ha habido una literatura ligera y ahora la proliferación de la infraestructura comercial y globalizada hace esto más visible. Actualmente muchos escritores rompen con uno de los principios básicos, que es la voluntad de perpetuarse en el tiempo. Hay mucha literatura que renuncia a esto y opta por alcanzar un éxito de venta inmediato y después desaparecer para dar paso a otros textos que ocupan ese lugar. Los grandes autores escriben convencidos de que sus textos van a ser entendidos por los lectores varios siglos después, pero estos escritores siempre han sido minoritarios.

-¿Está en un buen momento la literatura gallega?

-Como lector puedo decir que sí. El momento es bueno no solo desde el punto de vista creativo, sino también por su rendimiento estético. Existe una gran estructura en la que conviven editores, público, crítica literaria y otros acompañantes de creación.

-Su discurso de ingreso en la Academia versó sobre “El Quijote antes del cinema” y ahora prepara una obra más amplia. ¿Por qué le apasiona tanto este personaje de Cervantes?

-El Quijote es un libro inagotable, condicioso y reconocido universalmente. Está demostrada la influencia que ha tenido en el cine y ha quedado probado que en este campo Cervantes tampoco queda por detrás de Shakespeare. La perpetuidad del clásico ha convertido el texto en una celebridad.