Pese a su visibiliad, son oficialmente invisibles, aunque padecen sus efectos a diario. Y ahora los quieren hacer públicos. Santiago acoge mañana la primera Jornada para el Amputado. Organizada por la Asociación de Amputados de España (Andade), en colaboración con la Confederación Galega de Persoas con Discapacidade (COGAMI), es el mejor regalo para José Cougil en su primer aniversario como delegado del colectivo en Galicia.

-¿Cuáles son las principales causas de amputación?

-Por accidente, ya sea de tráfico o laboral, y en menor medida, los deportivos. Por otro lado, están las amputaciones relacionadas con las patologías vasculares, que se manifiestan en personas adultas, a partir de los cincuenta años por mala circulación sanguínea. Además, se producen por sarcomas y enfermedades metabólicas.

-¿En qué miembros del cuerpo es más frecuente?

-En los inferiores.

-¿Cuáles son los principales problemas a los que se enfrenta una persona después de una amputación?

-El Sergas no tiene información, ni un método a seguir con el proceso de recuperación y asistencia de un amputado. A la hora de reincorporarnos a nuestra vida, tanto laboralmente como socialmente, sentimos que hay muchas carencias. No hay psicólogos ni fisioterapeutas especializados. Tenemos que buscarnos la vida como podemos.

-¿Y en cuestión de prótesis?

-Las que subvenciona el Sergas son arcaicas y no ayudan al paciente en su movilidad. Son muy inseguras porque la rodilla se desbloquea fácilmente y no tienen control, con riesgo de caídas. En otros países europeos, ya no se utiliza este tipo mecánico sino que se usan las de última generación, como la mía que me la pusieron en Alemania.

-¿Aquí no las hay buenas?

-Sí, pero sin ayudas. Una buena prótesis cuesta 36.000 euros y las subvenciones son para las de hasta 7.000. El Sergas no está dispuesto a asumir ese coste.

-¿Cuáles son las consecuencias derivadas del uso de una prótesis incorrecta?

-Si no está bien hecha ni adaptada a la anatomía del afectado, produce una patología oculta. Con el tiempo aparecen escoliosis, descompensaciones pélvicas y artritis... Son difíciles de curar, ya que muchas se cronifican.

--¿Qué dicen los médicos?

-¡Algunos me llegaron a decir que no se gasta más porque de esto uno no se muere! Nosotros tenemos que reivindicar que es una necesidad y no un lujo.

-¿Cómo son los dolores derivados de la amputación?

-Está el denominado síndrome del miembro fantasma, una auténtica tortura. Tras habernos realizado la amputación, seguimos sintiendo que el miembro está ahí. Se debe a que los nervios amputados siguen mandando impulsos al cerebro, muy dolorosos. Hay pacientes que se han implantado bombas de analgésico para parar ese síndrome, que es todavía tabú.

-¿Cómo valora este año?

-Mucho trabajo y pocas ayudas. Al no haber una delegación oficial en Galicia, la Xunta no da subvenciones, porque la sede de Andade está en Valladolid. Mi intención es crear ya una y que sea la primera delegación fija de todo el estado.

-¿Ya iniciaron los trámites?

-Hoy mismo tengo una reunión con directivos de Andade y Cogami para tratar este tema.

-¿Es usted la única persona delegada de Andade en Galicia?

-Sí, estoy solo. Y no puedo atenderlos a todos. Muchas veces lo hago ya por teléfono, carta y correo electrónico. Recibo hasta 15 llamadas al día.

--¿Cuántos amputados hay en Galicia?

-No hay cifras oficiales por parte del Sergas ni interesa darlas. En España se sabe que superamos los 45.000.

--¿Es todavía un tema tabú?

-En Galicia la gente es más reacia a asociarse y hacerse ver, incluso. Hay miedo a todo. Es muy difícil ver a un amputado de pierna con pantalón corto.

--¿Cuál es su labor?

-Apoyarlos en los primeros momentos después de la amputación, asesorarlos para comprar la prótesis y conseguir la minusvalía. También les ayudo a acceder a una formación, para que encuentren una profesión que puedan ejercer.

--¿Cómo están los pacientes que contactan con usted?

-Muy mal anímicamente. Los familiares directos lo encajan todavía peor. Las personas jóvenes llaman más pidiendo ayuda pero les cuesta encajarlo y, a veces, presentan episodios conflictivos. A partir de los 50 años, lo asumen con más resignación.

--¿Cuáles son las principales consultas que recibe?

-A dónde acudir después de salir del hospital, cuando ya acabaron la rehabilitación. Se sienten perdidos, porque nadie les dice a qué ortopedia deben dirigirse, cómo tienen que solicitar al Sergas la prótesis y las ayudas, ni tienen apoyo psicológico.