El deseo de paliar la sequía en Pekín y otras zonas del norte de China llevó de nuevo a los meteorólogos a manipular el clima y originar fuertes nevadas este mes, lo que ha contribuido a adelantar el invierno y levantar una gran polémica, por los negativos efectos causados.

El poder de "hacer llover o nevar", competencia de la Administración de Meteorología de China y las Oficinas de Meteorología locales, se lleva a cabo en el país "solamente con fines públicos", según dijeron expertos a Efe, aunque los resultados no siempre son positivos.

Las intervenciones de China en el clima aparecen con frecuencia en los medios internacionales por su espectacularidad, aunque la Organización Meteorológica Mundial (OMM) admite que las hay en todo el mundo, y más de un centenar al año.

Son posibles solo si las nubes son de cierto espesor, y con determinadas temperaturas y humedad.

"No es solamente un asunto de tecnología, sino también de la geografía, pues no es lo mismo la costa que el interior, el norte que el sur", dijo a Efe Guo Xueliang, director del Centro de Efectos Meteorológicos Artificiales de la Academia de Meteorología de China.

"En el plan quinquenal establecido, tuvimos éxito al garantizar, como si fuera la seguridad, el buen tiempo en celebraciones importantes como los Juegos Olímpicos de 2008 o el 60 Aniversario de la Nueva China", afirmó con orgullo.

Guo insistió en que China no ha sido la primera en emplear el ioduro de plata, algo que se hace desde los años cincuenta, "pero de forma diferente pues aquí utilizamos varios métodos como cohetes, cañones antiaéreos y aviones cargados con yoduro de plata".

Según Guo, en EEUU se aumentan la lluvia o la nieve para la irrigación, el esquí o eliminar la niebla, en Canadá para que el granizo sea más pequeño y en Australia o Israel contra la sequía. "China utiliza tecnología avanzada de otros países, por ejemplo para la exploración, importada de EEUU", destacó Guo.

La nieve provocada limpió el aire de muchas ciudades, pero también originó problemas de tráfico terrestre y aéreo, escolares y quejas de residentes urbanos o rurales "pues solo beneficia a los niños para jugar", dijo a Efe una joven madre, de apellido Cao.

Aunque la belleza del blanco elemento en los tejados de edificios tradicionales como la Ciudad Prohibida permitió el disfrute de la vista, catarros y gripes probaron la llegada del invierno.

"Pero no vamos a perder oportunidades para lograr precipitaciones con la gran sequía que sufrimos", dijo Zhang Qiang, responsable de la Oficina de Modificación del Tiempo de Pekín. Y es que, según reconocieron los meteorólogos consultados por Efe, no siempre es posible el efecto deseado, pues las características de las nubes deben de ser muy precisas.

Según Zhang, las últimas nevadas fueron posibles gracias a 186 dosis del catalizador que genera la reacción química.

El debate se abrió al saberse que en las dos nevadas, las más tempranas de los últimos 22 años, intervino la mano del hombre, y también por la preocupación ante el eventual peligro para la salud de un producto químico que puede aumentar las precipitaciones hasta el 20 por ciento, según el periódico "China Daily"

Huang Peiqiang, antiguo profesor de la Universidad de Industria y Ciencia del Ejercito Militar y experto en Meteorología destacó que aunque la tecnología está todavía en desarrollo, "no existe peligro para la salud, pues se han efectuado muchas pruebas".

"Aún necesitamos condiciones naturales como nubes a cierta altura y temperaturas bajo cero. Todavía quedan dudas hasta que cae la primera gota o el primer copo", añadió Huang tras recordar el fracaso de 1984, cuando se intentó que luciera el sol en el 35 aniversario de la República Popular.

Xiao Gang, profesor del Instituto de Física Atmosférica de la Academia de Ciencias de China, reconoció la posibilidad de efectos indeseables a largo plazo, "pues no se sabe hasta qué punto la manipulación puede cambiar la atmósfera".

"No deberíamos depender demasiado de medidas artificiales, porque hay demasiadas incertidumbres en el cielo", afirmó.

Las fuertes nevadas, con temperaturas de hasta 10 grados bajo cero, causaron en los últimos días en el centro y este de China pérdidas por más de 120 millones de dólares y afectaron a tres millones de personas y a 170.000 hectáreas de cultivos.