En el 70 aniversario de la II Guerra Mundial, el conflicto armado más grande y sangriento de la historia, el periodista e historiador David Solar retoma este tema por él tan estudiado con un trabajo publicado por La Esfera de los Libros: “1939. La venganza de Hitler”.

-¿Es posible que aún queden sorpresas sobre un tema tan analizado como esta gran guerra?

-Siempre las hay, porque la Historia nunca está fijada, porque está siendo continuamente manipulada o, como en el caso de la II Guerra Mundial, porque fue tal la magnitud de la catástrofe que llega a la actualidad.

-De batallas como la de Normandía poco se podrá decir más...

-Pues fíjese, acaba de publicarse ahora un interesantísimo libro sobre ella en el que no se da un solo dato nuevo pero trufa el texto con una inmensa cantidad de sentimientos, percepciones, miedos, esperanzas... de los combatientes. Encontró un filón extraordinario en la correspondencia de los soldados.

-Si lo hacen con las cartas de los soldados españoles en el exterior, a lo mejor nos sorprenden... ¿Cómo ve esas misiones?

-En principio no me parece mal, si es que estamos metidos en una Alianza que tiene allí tropas. O estamos o no estamos, hay que ser consecuentes. Lo que sí me gustaría es que sirviera para algo, para pacificar el país, etcétera.

-Mucho pide usted.

-Ya, ya. Las tropas españolas están allí porque esos son nuestros deberes en la Alianza pero maldita sea la gracia cuando se sabe que no sirve para nada y que están en grave peligro de muerte.

-Volviendo a Hitler ¿Es posible que un solo hombre pueda desencadenar un conflicto así?

-Hitler actúa de catalizador. Había logrado poner en marca la maquinaria alemana y los vencedores en la anterior guerra mundial habían colocado los rodamientos para que aquella máquina se deslizase enloquecida hacia la guerra.

-¿Cómo?

-Con aquel Tratado de Versalles con que se selló la I Guerra Mundial que fue tan lacerante que engendró en Alemania un sentimiento de venganza capitalizado por Hitler.

-¿Ese Hitler era técnicamente un loco?

-No creo, aunque tuviera venas de visionario, iluminado... Era una persona sin cultura pero muy inteligente, con gran memoria y un sentimiento de superioridad sobre sí mismo.

-¿Cómo es posible que un país culturalmente evolucionado pueda ser seducido por tal locura?

-Peor que eso. ¿Cómo es posible que ocurriera cuando precisamente Alemania era una de las pocas democracias y estaba rodeada por dictaduras como Italia, Grecia, Portugal, Bulgaria, Rumanía, Polonia, Hungría o Austria?

-La única democracia pero en bajón económico...

-Claro, es que el que había sido el país más industrializado, poderoso, progresista y con la Justicia más desarrollada de Europa, se hallaba en 1933 con seis millones de parados, una deuda de guerra que acababa en 2010, usurpados algunos de sus territorios... En ese ambiente halló el abono la tesis visionaria de un energúmeno.

-Salvando las distancias ¿No hay en Italia un extraño fenómeno de seducción con Berlusconi?

-La verdad es que aquello nos recuerda a un sainete protagonizado por un personaje cuando menos pintoresco, lo que demuestra lo absurda que puede ser la política. El pueblo italiano es profundamente democrático y no entiendo cómo pueden votar a este personaje.

-¿Es también absurdo lo que está pasando en España con el tribunal Constitucional y el Estatuto de Cataluña?

-Me recuerda a esta situación una que se vivió cuando la República, también durante la elaboración del Estatut... Está claro que la mayoría de los partidos catalanes, que son los que tienen el respaldo de sus votantes, es ese estatuto el que están pidiendo. Mire, yo esperaré a lo que diga el Constitucional.