- ¿Ya saborea la fama?

-No, la fama es otra cosa. La fama es cuando te vienen a esperar las fans al aeropuerto.

-¿No le paran en la calle?

-Alguna vez, sí, pero bueno, es una tontería.

-¿Qué tiene esta nocilla que no tengan las otras?

-Es otra técnica narrativa, está en primera persona, hay un personaje narrador que se llama como yo -pero no soy necesariamente yo- que cuenta cómo escribió las dos primeras novelas; hay una pareja, es una aventura, hay imagen, cómic.

-Un cómic de Pere Jaume en el que usted se encuentra con Vila-Matas, y no por casualidad.

-No, no es por casualidad. El personaje termina disolviéndose y perdiendo la identidad y como Vila-Matas es la persona que más ha trabajado en España en el asunto del escritor que quiere desaparecer, me salió ese encuentro.

-¿Eligió usted la portada?

-Sí, sí, ¿te ha gustado?

-Mónica Vitti huyendo en La aventura, de Antonioni.

-Esa era la idea, Mónica Vitti huye y al mismo tiempo busca a alguien que se ha perdido en una isla y, como la novela es de una isla y la pareja busca un lugar para su proyecto, tiene mucho que ver.

-¿Leer sus libros es como antes ir a cines de arte y ensayo?

-Lo dijo alguien, sí. Es que luego hice una película, que tengo en mi blog. La hice con cámaras caseras y hablo en ella del proyecto. Es un proyecto que excede lo literario, va más allá: una película, un cómic, imágenes... Tengo claro que el saber contemporáneo utiliza las herramientas que tiene a su disposición, sea un escritor, un cineasta o un artista plástico.

-¿Cuál es el último artefacto que se compró?

-Un portaminas. Escribir a lápiz y a mano es ya tan raro que me sorprendí a mí mismo. Soy un gran fan de los portaminas.

-¿Y aparato electrónico?

-Compro muy pocos, el último es mi ordenador, el que uso, un Mac. Yo soy del universo Mac.

- 'Los escritores somos gente muy odiosa', ¿por qué dice eso?

-Eso lo digo en la película. Yo creo que el escritor, al ser una persona que está más bien sola, tiene un punto de egolatría que a veces no está muy justificado. Yo creo que mi generación es la primera generación de escritores españoles que no estamos locos, que no somos así.

-Admita que tiene un punto narcisista.

-No soy consciente pero un punto de narcisismo es saludable. Si no te reivindicas tú, quién lo va a hacer.

- 'Con la literatura no se hace dinero, se hace vanidad', afirma.

-Es que como con la literatura no se gana dinero, al final lo único que queda es vanidad, el reconocimiento de los otros. Si se ganara mucho más dinero habría menos ego.

-Usted ya va ganando algo.

-Algo, pero no son best sellers a lo Dan Brown, evidentemente.

-¿Se plantea dejar su trabajo?

-De momento, no. Yo ya podría vivir de la literatura si quisiera, pero de momento no quiero. Nunca pensé en dejar para siempre mi profesión de radiofísico (en un hospital de Palma de Mallorca). Si sólo viviera de los libros, sí, pero vivir de la literatura es hacer muchos bolos por ahí, muchas conferencias, escribir artículos para los periódicos porque tienes que comer, y eso no me apetece nada.

-Eso ya lo hace ahora, y cada vez se prodiga más en la prensa.

-Sí, y escribo para medios de todos los grupos. El otro día me preguntaba un periodista cómo era posible y yo le decía que ni idea: será que les gusto a todos.

-¿Se levanta a las siete de la mañana cada día?

-Para ir todos los días a trabajar al hospital, que es mi profesión.

-¿Duerme sólo cinco horas?

-Sí, duermo poco, cinco o cinco y pico; luego, el fin de semana duermo un pelín más.

-¿Cuándo escribe?

-En las horas que me quedan. Pero no escribo tanto. Escribo muy compulsivamente, como cuando escribes poesía: algo se te aparece y tienes que volcarlo.

-Todo a causa de un accidente en Tailandia que lo tuvo postrado.

-Sí, cuando me atropelló una moto. Escribí las tres novelas seguidas antes de que se publicase la primera y sin saber si alguien las publicaría. Esto es muy importante: las escribí como investigación poética, como estricta creación, no pensando en que me las iban a publicar.

-Casi 80 páginas sin un punto.

-Porque sí. Porque yo lo valgo.

-¿Lata mucho al trabajo?

-No lato nada. Trabajo 50 horas a la semana en el hospital.

-¿Y estas giras?

-A costa de mis vacaciones y de mis días libres de funcionario. Salgo de trabajar a las tres, cojo un avión a Madrid y vuelvo de noche.

-¿Lleva peor vida que antes?

-En ese sentido, sí, pero más feliz porque hago lo que quiero.

-¿En qué trabaja ahora?

-Fundamentalmente, en cosas de poesía, también de imagen: estoy investigando nuevas vías para mí y, si luego sale algo...

- Asegura que escribe 'sin mucho propósito'.

-Es que mis obras no son de tesis, son artefactos estéticos que tratan de mover al lector.

-Recomiende una canción, una película y un libro, haga el favor.

-Brother, de un grupo llamado Organ, es un disco superbueno. Película, está claro, La aventura, de Antonioni, y libro, Aire nuestro, de Manuel Vilas, un escritor zaragozano magnífico, con muchos premios. Se publicará dentro de unos días. Yo ya lo leí y es alucinante.