El otoño no es solo la época de la vuelta al cole o a la universidad. Los excesos veraniegos permitidos en agosto o septiembre pasan factura al michelín y las matrículas en los gimnasios y las citas en las consultas de nutricionistas y dietistas se incrementan significativamente durante estos meses. Los que iniciaron en mayo o junio la llamada ‘operación bikini’ no pueden bajar la guardia ya que, si vuelven a las costumbres de siempre, pueden ver como el peso perdido se recupera fácilmente, incluso con algún kilo de más. Y los que se pasaron con las tapitas tienen ahora que remedir esos abusos.

Los endocrinos y dietistas gallegos recomiendan un cambio en los hábitos alimenticios para mantener con el tiempo el peso deseado. La mayoría de las dietas que se llevan a cabo y después se abandonan producen lo que se denomina el ‘efecto yoyó’. “Si se hace una dieta muy restrictiva se pierde peso rápido, pero si se vuelve a los hábitos que se tenían antes, se gana todo lo perdido e incluso algún kilo más”, confiesa Miguel Ángel Martínez, presidente de la Sociedad de Nutricionistas y Dietistas de Galicia (Sonudiga).

Es por esto por lo que aconsejan comer de una manera más equilibrada y variada -aunque esto suponga renunciar a cosas que causan placer-, no abusar de los alimentos ricos en hidratos de carbono y adquirir hábitos de ejercicio. “Saltarse una comida no es recomendable porque al llegar a la siguiente no se controlan bien las cantidades”, asegura el nutricionista. “Cuando se hacen períodos de ayuno se está modificando el metabolismo y este se hace más ahorrador, por lo que después es mucho más fácil almacenar calorías que se transforman en grasa”, explica.

Las dietas de muchas revistas y páginas de internet, en las que se asegura que se pueden perder hasta 3 kilos en una semana, no son la solución puesto que son ‘engañosas’. “Una persona nunca pierde ni gana más de 250 gramos de grasa a la semana”, explica el endocrino Ricardo García-Mayor. “Son dietas peligrosas porque la mayor parte de lo que se pierde es agua y lo que interesa es perder grasa y además ponen en riesgo nuestra salud”, añade Miguel Ángel Martínez.

El nutricionista habla de los alimentos ‘light’ como un mito. “Hay algunos alimentos que se manipulan para que sean menos calóricos, pero lo recomendable es perder peso con alimentos naturales”, dice. “Aunque se tomen muchos calóricos, hay gente a la que no les funciona”, añade.

Existen dos patrones de emprendedores de regímenes o dietas para adelgazar: los problemas médicos (tales como el sobrepeso o enfermedades derivadas) y la mejoría estética (en el ámbito privado se dan más por cuestiones de físico, mientras que las unidades especializadas del ámbito público valoran más las cuestiones médicas).

“Las dietas no son negativas, pero tienen un objetivo poco ambicioso: que pierdas peso. Y para eso restringes, ¿pero cuánto tiempo?”, se cuestiona García-Mayor. Así, lo que recomiendan es ponerse en manos de un médico para evitar las subidas y bajadas en el peso y además luchar contra esos kilos de más a base de ejercicio.

Ganar peso

Son muchos los que afirman que cogen peso con más facilidad que lo pierden. Pero también existen personas a las que les cuesta ganar peso. “Sorprende que haya gente que quiera coger peso porque hay un porcentaje alto que está en la batalla contraria”, reconoce García-Mayor.

“Una persona con poco peso y mucha actividad física va a tener que aumentar la ingesta y regular su apetito a esa demanda, por eso a corto plazo es más difícil engordar que adelgazar”, afirma el endocrino.

El tratamiento que se emplea para ganar peso es igual de difícil que el que se usa para perderlo. “Para la mayoría, la realidad es perder peso, pero en ambos casos se exigen una serie de controles y determinados sacrificios”, explica el presidente de Sonudiga.

En su opinión, en las consultas de pacientes con bajo peso hay que valorar si esa persona es delgada por constitución o si hay alguna patología. “No solo hay que valorar si hay detrás trastornos alimenticios como la anorexia o la bulimia, sino también si existe la intolerancia a algún alimento”, aclara.

Mitos y verdades sobre la alimentación

Beber mucha agua adelgaza. El agua, con 0 calorías, no engorda ni adelgaza. Simplemente es beneficiosa para el organismo y se recomienda ingerir un litro y medio cada día. Eso sí, si se bebe antes de una comida puede dar sensación de plenitud gástrica y las ganas de comer pueden ser menores.

El pan engorda. Este alimento no engorda tanto como se dice, ya que tiene únicamente 4 kcal/gramo. El pan tostado aporta las mismas calorías que el normal. Al tostarlo, sólo se elimina el agua que contiene.

El metabolismo cambia. El metabolismo solo cambia y de manera muy ligera cuando una persona se somete a una dieta y el organismo quiere mantener el peso que antes tenía. Cambian los hábitos de vida y aumenta el sedentarismo.

La cena engorda más que la comida. No es del todo cierto. Lo que ocurre es que después de desayunar o comer se tienen unas horas de actividad fuerte, mientras que después de cenar normalmente la persona no se mueve, por lo que en la práctica engorda más la cena que el desayuno.

Los alimentos ‘light’ adelgazan. Engordan menos al tener menos calorías, pero eso no significa que adelgacen. Además, las bebidas bajas en calorías estimulan el apetito.

Una sola comida ayuda a perder peso. Es falso, ya que 2.000 calorías en una sola comida engordan más que en cinco. Lo recomendable es hacer cinco comidas y dedicar al menos 20 minutos a comer para digerir bien los alimentos. Se ha comprobado que las personas que dejan pasar mucho tiempo entre dos comidas tienen metabolismos más bajos y queman menos calorías que las personas que comen cada pocas horas.

La fruta en el postre engorda. Las calorías son las mismas antes, durante o después de la comida. Eso sí, en función de sus calorías, engorda. Lo recomendable es comer tres piezas al día, siendo una de ellas un cítrico. También es falso decir que un plátano engorda mucho.

Para estar bien alimentado hay que comer carne. Para estar bien alimentado hay que comer de todo. La carne cumple una función muy importante, pero es preciso ingerir otros alimentos.

Los huevos no son buenos. Los huevos son nutritivos, pero contienen una cantidad alta de colesterol, por lo que es recomendable no abusar de ellos.

Es mejor tomar margarina que mantequilla. Es falso, ya que ambas afectan al colesterol, siendo mejor consumir margarina totalmente vegetal.

Los alimentos integrales no engordan. Falso. Los alimentos integrales aportan prácticamente la misma cantidad de calorías que los refinados, la diferencia está en que los integrales aportan fibra que ayuda a reducir el colesterol, por ejemplo.