Apenas unas horas después de iniciar los trabajos de búsqueda de la fosa común en donde se suponen que están enterrados Castor Cordal Garrido y Ramón Barreiro Rodríguez, fusilados en septiembre de 1936, los arqueólogos y auxiliares de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica han identificado los primeros restos humanos.

La fosa está localizada en las inmediaciones del muro que rodea a la iglesia de Curro, en Barro, una ubicación no excesivamente infrecuente en los enterramientos de la represión y de hecho se ha investigado el perímetro de otras iglesias de la comarca en la búsqueda de fosas similares.

El equipo encabezado por el arqueólogo René Pacheco ha abierto varias zanjas en las zonas anexas al muro y a día de ayer considerada "bastante probable que aparezcan los restos de ambas personas" en las próximas horas o días.

La investigación partió de testimonios orales de vecinos de Corbillón, en Arousa, que se dirigían en septiembre de 1936 hacia la feria de Pontevedra aseguraron haber visto dos muertos mientras eran trasladados para su enterramiento. Se da la circunstancia de que Castor Cordal era vecino de esa localidad de Cambados y los testigos contaron los hechos a la familia.

Los arqueólogos contaron incluso con el testimonio de una persona que participó en el enterramiento "y que también señala a este punto", indica René Pacheco. Éste recuerda que hay testimonios "de como los cadáveres eran trasladados en una escalera para enterrar".

En los trabajos de exhumación participan además del arqueólogo y sus auxiliares el vicepresidente de la Asociación para la recuperación de la Memoria Histórica, Santiago Macías. Este equipo continuará con las labores de excavación "por un periodo de tiempo impreciso, dadas las adversas circunstancias meteorológicas", indican las mismas fuentes.

Castor Cordal Garrido, que contaba con 27 años en el momento de su desaparición, y Ramón Barreiro Rodríguez, de 19, fueron "paseados" el 15 de septiembre de 1936 y sus muertes (con la "hemorragia interna" como causa apuntada de la defunción) aparecen registradas en Portela-Barro, en la carretera de Cambados a Pontevedra.

Josefina Cordal, hermana de Castor, cuenta que se lo llevaron guardias civiles y falangistas de la aldea "con los que había tenido desencuentros políticos". Estaba casado, sin hijos, era electricista y miembro de la CNT y antes de su detención intentó esconderse hasta que lo delataron. Fue recluido en el Pazo de Fefiñáns y a su padre le dijeron inicialmente "que había escapado a Portugal".

Por su parre, Ramón Barreiro, que estaba soltero, escribía en gacetillas locales y pertenecía a una familia de tradición republicana. Uno de los cuñados de su madre fue uno de los delatores del joven, que se escondió y cuyos padres fueron torturados para que confesasen en dónde se ocultaba. Su madre fue violada y rapada al cero (murió poco después) y a Ramón, antes de enterrarlo, le cortaron un dedo para robarle el anillo con el que aparece en la fotografía superior.