La gesta arqueológica en Atapuerca se inició hace 31 años cuando esta porción de monte y cuevas de Burgos comenzaba a desvelar los secretos de la humanidad. Tres décadas de excavaciones, la localización de varios miles de fósiles y de restos clave como el primer europeo (más de 1,3 millones de años de antigüedad) han situado a esta área de yacimientos en el grupo de los doce mejores de todo el mundo. El pasado día 30 de septiembre, finalizaba la última fase del proyecto que, ahora, espera iniciar una nueva etapa de las múltiples que llegarán ya que la riqueza en restos permitiría seguir excavando y localizando fósiles durante, al menos, sesenta años, al menos, que la crisis lo impida.

“A Atapuerca lo situaría en los doce mejores del mundo en yacimientos espectaculares no sólo por la cantidad de fósiles humanos sino también por la cantidad de información de un periodo de tiempo muy largo. Ahora mismo, Atapuerca cubre un periodo de 1,3 millones de años de la evolución humana en Europa”. La explicación la facilita uno de los coordinadores del proyecto, José María Bermúdez de Castro, un hombre que admite llevar la “morriña” en las venas, en el código genético de su padre coruñés.

De Castro, director del consorcio del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) en Burgos e investigador principal del proyecto Atapuerca, cruza los dedos para que el recorte presupuestario en ciencia y tecnología no desangre demasiado a esta institución, referencia mundial en el estudio de homínidos.

“Lamentablemente, estamos preocupados por la crisis. Mucha gente se queda en el paro, pero me preocupa también por la investigación. Un país que no investiga, que no está al día, es un país que se queda atrás. España debería seguir realizando ese esfuerzo. El futuro de un país no se construye con ladrillos, se construye con ciencia, tecnología y conocimiento”, asevera.

De momento, Bermúdez de Castro desconoce cómo el recorte en I+D afectará al CENIEH. “Nos olemos que va a haber reducción de personal”, apunta. De momento, en uno de los proyectos de Atapuerca, el número de becarios se ha reducido a un tercio.

Buscando “cajas negras”

El trabajo de Bermúdez y el del equipo de 70 personas que codirige consiste, a grandes rasgos, en localizar vestigios de nuestros antecesores, localizando desde huesos a lo que ellos llaman “la caja negra” del humano, los dientes. “Dan la evidencia de todo lo que ha acontecido en el desarrollo del individuo”, explica.

La previsión del Centro de Investigación sobre Evolución Humana es continuar las excavaciones en Atapuerca en los tres yacimientos más importantes: la Sima de los Huesos, la Sima del Elefante y la Gran Dolina. “La Sima de los Huesos sigue proporcionando fósiles humanos. Estamos ya en el orden de los 6.000”, explica Bermúdez quien añade: “Creo que va a continuar entre 15 y 20 años dando frutos”. En cuanto a la Gran Dolina, este investigador calcula que habría trabajo para “50 ó 60 años más”.

La Sima del Elefante es otro cofre de tesoros del pasado. Allí, descubrieron en 2007 al primer europeo con una antigüedad de 1,3 millones de años. “En un primer momento, apareció la mandíbula, después, una falange y un fémur. Tenemos muchas esperanzas de seguir encontrando restos de este primer europeo”, señala Bermúdez de Castro a FARO.

“Atapuerca -prosigue- tiene un potencial tremendo. Es excepcional, un sitio de paso, con buena vegetación y cerca de los ríos”, un sitio codiciado por nuestros ancestros donde quedaron vestigios de su canibalismo. “Cada vez que un grupo reducía a otro, mataba a sus crías y se las comía. No es nada extraordinario”, señala Bermúdez.