Numerosos dirigentes y figuras del PP que participaron ayer en la marcha contra la ley del aborto se mostraron optimistas por el gran apoyo recibido. "Veremos si la ley se termina de aprobar", señaló la secretaria general de los populares, María Dolores de Cospedal.

De Cospedal aseguró que no hacía falta reformar la ley del aborto porque la actual "tiene un gran consenso social" y dudó de que el nuevo proyecto sea finalmente aprobado en el Congreso. Y añadió que, a su juicio, la ley actual es "más permisiva y con menos garantías" que el proyecto en tramitación: "No se entera (el Gobierno) de que el PP está en contra de esta reforma y que defiende la ley actual, que tiene gran consenso social".

En la marcha también estuvo presente el ex presidente del Gobierno José María Aznar, quien lamentó que el presidente del Ejecutivo socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, "pretenda convertir el aborto en un derecho". Aznar señaló que se encontraba entre los manifestantes "con mucho gusto" y que estará "en toda manifestación en defensa de la vida" porque "es un imperativo moral y un deber de conciencia y como ciudadano".

Por su parte, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, aseguró que la reforma de la ley del es una "provocación" para "más de la mitad de España" que está en contra del aborto, al tiempo que recordó que la manifestación de Madrid tiene como fin "denunciarlo". La jefa del Ejecutivo madrileño señaló que se trata de una provocación y que, por tanto, hay que estar "muy serios". "No se puede frivolizar con algo tan grave como es este proyecto de ley que el señor Zapatero está impulsando", indicó.

Quien también se quiso manifestar este sábado fue el eurodiputado y ex ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, quien aseguró que la marcha "no pasará desapercibida en Bruselas". "Estas cosas pasan por la crisis de valores que está viviendo la sociedad y esta ley es todo lo contrario de lo que nuestro país necesita", afirmó.