España se convertirá en el tercer país europeo que más impuestos pagará por sus cigarrillos con el aumento previsto del IVA en 2 puntos a partir del 1 de julio de 2010, de forma que los impuestos supondrán el 78,9% del precio que se pagará por una cajetilla de la categoría más vendida (la de "Fortuna").

Según han explicado fuentes del sector, con la subida del IVA prevista, España superaría a Portugal, ya que los portugueses pagan en cada cajetilla un 78,3 por ciento de impuestos, y quedaría tras Irlanda y Francia.

Las fuentes han precisado que Francia es el país europeo que grava con mayores impuestos los cigarrillos, ya que del importe, un 80,4 por ciento son impuestos, y le sigue Irlanda, donde la carga impositiva alcanza el 79,4 por ciento del precio de venta al público.

En este sentido, han especificado que España, pese a situarse en tercera posición, es paradójicamente junto a Grecia el país europeo donde más barato resulta comprar una cajetilla de cigarrillos.

Así, mientras que en ambos países una cajetilla de la categoría más vendida asciende a 3 euros, en el resto de países europeos la media es un 52 por ciento más cara, hasta los 4,56 euros. Los cigarrillos en España soportan, además del IVA, los impuestos especiales, que están compuestos por los específicos, el "ad valorem" y el mínimo.

Las mismas fuentes han explicado que el impuesto mínimo lo han utilizado habitualmente los Gobiernos de los países europeos como herramienta para acabar con la guerra de precios entre las tabaqueras, ya que fija un umbral de precio por debajo del cual no es posible mantener los márgenes de las compañías.

El Gobierno español introdujo el impuesto mínimo por primera vez el 11 de febrero de 2006 y logró frenar la carrera de precios que habían iniciado las tabaqueras después de tres subidas de impuestos entre 2005 y 2006.

En el caso español el umbral de precios a partir del cual "no salen los números" y no es rentable la venta de una cajetilla, es de 2,85 euros, aunque en la actualidad algunas compañías venden por debajo de esta cifra a costa de "perder margen", en un intento por ganar cuota de mercado, según fuentes del sector.

El impuesto mínimo en España se ha utilizado, además, para combatir la fuerte penetración de las marcas baratas, las más consumidas entre los fumadores más jóvenes, y desde que se estableció sólo se ha revisado una vez, en noviembre de 2006, lo que le ha situado entre los más bajos, sólo por encima de Luxemburgo y Grecia.