Con diez años, mientras sus amigos se sentaban frente a la televisión para seguir las aventuras de Willy Fog, Nuria Lorenzo ponía La 2 y se quedaba sin pestañear ante Montserrat Caballé y Plácido Domingo. Hoy es una de las jóvenes promesas de la lírica gallega y ofrece conciertos por toda España. Esta noche (20.30 horas) protagoniza un recital en Vigo de grandes arias de ópera y zarzuela junto al pianista Carlos Enrique (Teatro Caixanova, 20.30 horas) organizado por la Asociación Amigos de la Ópera de Vigo.

–Han elegido un programa con grandes arias, ¿el público se encuentra más cómodo cuando reconoce las piezas?

–Nuestra impresión es que sí, cuando no reconocen las piezas no les agrada tanto. Por eso hemos elegido las arias más representativas de compositores como Haendel, Mozart y Rossini. La segunda parte del concierto es un repertorio más complicado con piezas de "Carmen" y "Sansón y Dalila".

–El repertorio clásico es amplísimo, pero ¿le atraen los compositores contemporáneos?

–Me encanta enfrentarme a cosas nuevas, aunque no he tenido la suerte de hacerlo muchas veces. También intento llevar siempre que actúo fuera algún tema de música gallega, porque la letra nos muestra al mundo tal y como somos.

–Y personalmente, ¿qué género disfruta más?

–La zarzuela me encanta porque, al ser en español, me es más natural meterme en los papeles y en la ópera me decanto por los roles más dramáticos, sobre todo de Verdi. Aún no lo he interpretado, pero es que eso son palabras mayores y tengo que crecer un poco.

–¿Cómo llegó al mundo de la ópera?

–A mi madre le encantaba cantar en las romerías de su pueblo, Guillade, y siempre pedía a la orquesta que le dejasen subir con ellos. Y yo muy pronto tuve claro que también quería cantar como hacía la Caballé. Mis amigos me veían como un bicho raro, porque lo de querer ser cantante de ópera no era muy habitual.

–Teresa Novoa fue su primera maestra, ¿cuál ha sido la gran lección que aprendió de ella?

–De ella aprendí a estar sobre el escenario y a transmitir al público lo que cantas.

–¿Es difícil encontrar el camino medio entre técnica e interpretación?

–Es algo esencial porque puedes tener mucha técnica pero no conseguir enganchar al público o, al contrario, una técnica más modesta pero una capacidad de transmitir que consigue levantar a todos. A mí me gustan los recitales, pero las óperas completas, con su vestuario y los personajes, es donde consigo sentir la música más profundamente.

–¿Es compatible dedicarse a la ópera y vivir en Galicia?

–Hay muchas más oportunidades en otros lugares, sobre todo en Italia, pero es que yo soy muy de aquí y prefiero coger mil aviones pero luego volver a mi casa de Nigrán. Necesitas tener un agente que te gestione las actuaciones y, muy a menudo, viajo fuera para tomar clases con grandes cantantes como Helga Müller, mi profesora de Milán.