Dice que nunca deja de soñar, pero no lo hace con cumplir, la utopía de ser feliz; sólo pide estar contento y que la gente disfrute tanto como él y el resto de su Orquesta Reciclando en cada concierto. Para esta especial gira de Jarabe de Palo, Pau Donés ha abandonado su aspecto de "desaliñado y peludo" para vestir con frac. Un traje tan elegante como el que le ha puesto a sus 'viejas' canciones. Temas renovados que ahora también ha recogido en un nuevo disco-libro.

Vestidos de frac, bien peinados pero nada formales y con muchas ganas de pasárselo bien, los integrantes de Jarabe de Palo, con Pau Donés a la cabeza, continúan con su 'Reciclando Tour', coprobando la buena acogida de las canciones 'recicladas'. ¿Tenían claro al principio que iba a ser un éxito?

La verdad es que llevamos como ochenta bolos de la Orquesta Reciclando, hemos vendido 45.000 copias del disco y nos han nominado a un par de Grammys Latinos. Aunque claro, es muy fácil decir esto a pelota pasada. En el momento la verdad es que no lo teníamos claro. Cuando empezamos a reversionar los temas, a destrozarlos y recomponerlos, pensábamos que los fans nos iban a matar. También hemos abandonado nuestro aspecto de peludos y desaliñados y vamos con frac, así que creíamos que nos iban a llamar horteras. Y que no se iba a reír nadie con el vídeo de Buenafuente... Pero, afortunadamente, pasa todo lo contrario.

El público entonces no es tan conservador con las canciones...

No, pero es que el público también sabe cuando se ha hecho un trabajo serio. No se trataba de versionar los temas por la cara, sino de trabajar todos juntos, tocando mucho las canciones, no precipitándonos y conservando la melodía de la voz... Son muchas cosas.

¿El trabajo es la base de todo?

Sin duda es nuestra premisa. Precisamente para poder hacer un trabajo más artesanal creamos Tronco Records. Y la verdad es que nos va bien, aunque en lo que estamos más pez es en cómo vender, en la distribución.

¿Echa en falta ese sabor artesanal en la industria discográfica?

Sí, y de hecho por eso nos hemos desvinculado de alguna manera. Había falta de ideas y mucho acojone en la industria por ver lo que iba a pasar... y lo que no puede ser es que las canciones y los discos pasen a un segundo plano. La música es un mundo gamberro que se ha tecnificado y se ha resumido al balance a final de año y lo importante debe ser la música.

¿Se han acostumbrado al frac?

A mí me encanta llevar frac. Además siempre me dicen que estoy muy guapo...

Dicen en su disco-libro que se ríen de ustedes mismos y de su peculiar entorno musical... ¿Es un mecanismo de defensa o una filosofía de vida?

Una filosofía de vida. Las cosas nunca van como quisiéramos, el ser humano siempre está insatisfecho, y ante eso lo mejor siempre es reírse. Hay que reírse de todo, de la industria, de la radio, de los medios de comunicación... Las cosas son más fáciles cuando te ríes.

Pero también habrá cosas que le den ganas de llorar, ¿no?

Muchas cosas, aunque yo, por desgracia, soy poco de llorar. Me entristece, por ejemplo, lo que pasa en el mundo de la política. Que los políticos, en vez de solucionar los problemas, se dediquen a pelearse y a mangonear. Veo lo que ocurre y me siento una persona engañada, vapuleada... cabreada.

¿Se implica usted en política?

No me implico en temas de partido, pero sí como ciudadano. Hay que dar caña a los políticos. Nos merecemos otra cosa.

Dice siempre que no le asusta soñar... ¿Con qué sueña ahora Pau Donés?

Pues con ir para adelante. Con que venga gente a los conciertos, con que al público le guste lo que hacemos y con estar contento; no con ser feliz, que es imposible. En este sentido creo que soy poco ambicioso... o quizá demasiado.

Con Jarabe de Palo encontró el éxito muy deprisa y también tuvo que aprender rápido. ¿Cuál fue la primera lección?

Lo primero que aprendimos fue que esto no iba a ser fácil. Que no eres nadie si no vendes pero que cuando vendes mucho y las discográficas se forran, mucha gente quiere influir en lo que haces. Lo que somos, nuestra esencia, era algo que había que preservar y siempre hemos intentado hacerlo. Fue lo primero que aprendimos y seguimos igual.