Un estudio hecho con georradar en el parque público de Alfacar (Granada) donde se cree que está enterrado el poeta Federico García Lorca ha revelado indicios de la existencia de una fosa común con tres separaciones, capacidad para seis cuerpos y una longitud máxima de casi seis metros de largo por dos de ancho.

El director de la empresa Cóndor Georadar, Luis Avial, ha informado de que efectuó el análisis científico el pasado 25 de septiembre sobre una superficie de unos 8 por 18 metros próxima al monolito erigido en memoria de García Lorca, desde una de las entradas del parque hasta un ciprés.

Este experto en fosas, quien asegura que investigó ese entorno por iniciativa propia, ha explicado que detectó una "anomalía" asociable directamente a la existencia de "alteraciones mecánicas o manuales en el subsuelo".

Según Avial, que hizo este trabajo durante unas dos horas y que aclara que únicamente puede considerarse como "una aproximación científica", es "muy razonable" que en la zona rastreada exista una pequeña fosa común, con una longitud máxima de seis por dos metros y 0,9 de profundidad.

En los análisis del georradar se aprecia una sola concavidad, en la que "parece haber" ciertas "protuberancias internas" que corresponderían a tres pequeñas separaciones, ha precisado.

El lugar en el que este experto ha hallado indicios de la existencia de un enterramiento común coincide con la zona en la que el historiador Ian Gibson sitúa la ubicación de la fosa donde yacería Federico García Lorca a partir de varios testimonios.

Además de los del poeta, la fosa común albergaría los restos del maestro Dióscoro Galindo, los banderilleros Francisco Galadí y Joaquín Arcollas y, según se ha conocido recientemente, del inspector municipal Fermín Roldán y el restaurador Miguel Cobo, cuyas familias se han sumado a la petición de apertura de la fosa, una vez abierto por la Junta el plazo de alegaciones a este proceso.

Esa zona ha sido objeto en las últimas semanas de una exploración también con georradares por parte de técnicos del Instituto Andaluz de Geofísica de la Universidad de Granada, por encargo de la Consejería andaluza de Justicia.

La Junta de Andalucía estudiará si los responsables de la investigación privada han infringido alguna norma, puesto que los terrenos estaban acotados para su estudio por parte de los técnicos del Instituto Andaluz de Geofísica.