Las costumbres y el arte popular de la antigua Gallaecia siguen hoy vigentes en la sociedad. El historiador y etnógrafo Félix Bello Vázquez recoge estas tradiciones, que también han influenciado el norte de Portugal, en su último libro, "El folklore en la cerámica figurativa del Minho". La obra se presenta esta tarde, a las 20.00 horas, en la Casa del Libro de Vigo.

–¿Cómo se presenta este libro al lector: desde una perspectiva etnográfica o cultural?

–De ambas formas. El arte popular es anterior al clásico y es más cercano al pueblo. En Galicia la historia, el ambiente cultural y el sustrato étnico han hecho que las diferentres costumbres perduren.

–¿Cuáles son las principales costumbres que caracterizan el arte popular gallego?

–Todas ellas vienen de los antepasados y son casi exclusivas de la comunidad gallega. Las ánimas y la ´santa compaña´, así como la brujería, son fenómenos de nuestra tierra que están muy arraigados. La gente todavía sigue creyendo que el alma de los espíritus se reencarna en los animales. Otra creencia son los baños en la Lanzada para la fecundidad, todo influenciado por un culto lunar cargado de significación religiosa. También está la procesión de los ataúdes, algo único y a la vez estremecedor por meterse dentro de un ataúd y fingir que estás muerto. Esta se da en varias partes de Galicia, como Santa Marta de Ribarteme, A Pobra do Caramiñal, A Franqueira o San Andrés de Teixido. Además, también sobrevive el culto a Nosa Señora do Corpiño y las personas poseídas por espíritus malignos. Hay muchas opiniones de historiadores sobre estos temas y yo doy mi propia teoría.

–¿Se perderá esa cultura con las nuevas generaciones?

–Estas manifestaciones se han perdido en la Europa occidental industrializada. Pero hay una fuerza unificadora del nuevo vivir que impone la industria moderna y las costumbres y tradiciones están condenadas a desaparecer.

–¿Hay muchas semajanzas entre Galicia y el norte de Portugal también en temas costumbristas?

–Existen diferencias políticas, pero culturalmente son muy parecidos. Cuando empecé a documentarme para este libro descubrí el Portugal más pintoresco y romántico.

–¿Los libros de estudio tienen menos acogida que las novelas y las ficciones?

–El mundo del libro es muy complicado. Estamos pasando por una decadencia cultural importante y las obras de estudio o pensamiento no se venden.Puedes sentirte afortunado si en cinco o seis años consigues vender 1.000 ejemplares.