El Espacio Colección Caixanova es un ente vivo, en pleno crecimiento. Si su corazón lo forman piezas de mediados del siglo XIX, con el resurgimiento de la pintura gallega con Castelao, Sobrino o Sotomayor, su cabeza mira hacia el realismo mágico de los años 40 de Urbano Lugris o la excepcional Maruja Mayo y sus extremidades abarcan la creatividad más contemporánea de Antón Patiño, Álvarez Basso y Murado.

Un espacio que, cada poco tiempo, ofrece al visitante una nueva mirada. La colección está formada por 5.000 obras, de las que se exhiben ahora 86, que abarcan desde el siglo XIX a la actualidad. Desde que se inaugurase este museo permanente en Vigo, en 1993, Caixanova ha realizado cuatro revisiones en busca de nuevos guiños al arte gallego. Esta semana se abrió al público una nueva visión en la que se exhiben por primera vez cuarenta nuevas piezas, de las que treinta corresponden a las últimas adquisiciones de la entidad financiera.

Este año contaron con un presupuesto de 600.000 euros para nuevas compras y, entre otros espacios, visitó la feria "Puro Arte" (en lugar de la habitual Arco) galerías y colecciones privadas.

Entre las nuevas adquisiciones destacan las piezas de Souto, Seoane y Maruja Mallo.El óleo de Souto, "Capea en un pueblo de Castilla" (1945) contiene sus trazos gruesos, cortos y rápidos "de riquísimos matices, que evidencian su excepcional talento", tal y como describe Paloma Vela, directora de Exposiciones de la entidad financiera. La pieza de Maruja Mallo "Mujer rubia" –"la más costosa de las últimas compras"– es una pieza excepcional que pertenece a su etapa de dorado exilio en Buenos Aires.

La creatividad dentro y fuera de Galicia desde los años 50 a los 80 está representada con una amplia muestra de la producción artística en las opciones abstracta y figurativa. "Violonchelo", de Caruncho, asalta con la descomposición de planos "y recuerda a Juan Gris", apunta Vela. La fuerza de "desnudo en dorados", de Segura Torrella, descansa en el trabajo expresionista de las manchas gruesas.

Otra de las contundentes novedades es la reciente adquisición de Pailós, cuta contribución fue esencial en las vanguardias latinoamericanas.

El recorrido finaliza en la sexta sala, en la que se conjugan la conmoción del sufrimiento de las obras de Mónica Alonso y Victoria Diehl con los trabajos de textura de Murado, Berta Cáccamo y Álvarez Basso. "Esta sala se consolida así como un escaparate de las últimas propuestas, realizadas tanto por las jóvenes promesas como por los artistas consagrados, que se mantienen atentos para innovar y seguir sorprendiendo al espectador", concluye la responsable.

Este espacio da cabida así al arte más variado gallego, lo que la convierte en un espacio visitado por todos los públicos. Caixanova ofrece todos los domingos a las 19.00 horas visitas guiadas de asistencia libre, para sacar el máximo provecho al paseo artístico y conocer toda la historia de las piezas.