El escritor y periodista Félix Antonio González ha fallecido esta mañana en Valladolid, a los 89 años, como consecuencia de una larga enfermedad que durante los últimos años no mermó su actividad intelectual ni su habitual colaboración con el diario "El Norte de Castilla", que dirigió entre 1963 y 1967.

Nacido en Valladolid en 1921, popularizó en la prensa española los pseudónimos con que firmó sus célebre ripios, críticos e informativos, en rotativos como La Hoja del Lunes de su ciudad natal ("Corebo"), el desaparecido "Ya" ("Quijano") y "El Norte de Castilla" ("Ansúrez"), así como el de "Argote" en otras cabeceras con las que también colaboró, entre ellas "Diario Regional", el "ABC" e incluso el deportivo "Marca".

Hijo del compositor del mismo nombre y apellido, creció en un ambiente cultural e ilustrado que muy pronto le captó a través de la música, poesía y de la pintura, facetas éstas que no dejó de cultivar a lo largo de una vida que coronó en 2008 con la recepción de la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo y en 2009, el pasado mayo, con la publicación de "Entre pan y bola", una recopilación de artículos periodísticos editada por el Ayuntamiento de Valladolid.

Manifestó desde muy temprano una vocación periodística de la que hizo gala primero en "Diario Regional", ya desaparecido y del que llegó a ser redactor-jefe, además de crítico de arte, literario, musical y también deportivo, antes de ingresar en la redacción de "El Norte de Castilla", cabecera con la que ha mantenido una estrecha y constante colaboración hasta su fallecimiento.

Tuvo entre sus primeros maestros al poeta y académico Narciso Alonso Cortés, y al arqueólogo y catedrático Cayetano de Mergelina, rector de la Universidad de Valladolid.

Como poeta publicó, entre otros, los libros de versos "Calle de Esgueva", "Fe de erratas", "De par en par" y más recientemente, "Epístola a Francisco Javier Martín Abril". Fue miembro de la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción y de la Academia Castellano-Leonesa de la Poesía desde 2004, donde cubrió la vacante del fallecido Francisco Pino.

En su haber figuran galardones como el Ciudad de Barcelona de Poesía Castellana, el Francisco Pino, el Internacional de Poesía del Puerto de Santa María (Cádiz) y el Ciudad de Valladolid, entre otros.

Al paisaje castellano dedicó buen parte de su obra pictórica, otra de sus principales dedicaciones y que expuso en ciudades como Madrid, Sevilla, Vigo, Zaragoza o Valladolid.

Entre los lugares donde se encuentran sus cuadros destaca la Biblioteca del Congreso de Washington (Estados Unidos).

Su última exposición, una retrospectiva con el lema de "la vida pasa el alambre", pudo verse en su ciudad natal promovida por la Fundación Municipal de Cultura.