Cansado, como su vista, se despidió el pasado viernes Luis García Montero de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Granada. Harto de aguantar una situación que considera "insostenible". Así abandonó la institución al mediodía el Premio Nacional de Literatura. Uno de los profesores más queridos y admirados de Filología Hispánica. El referente poético que ha impulsado a varias generaciones de jóvenes a matricularse en esa carrera. El hombre cuyos libros despiertan la vocación por las letras de numerosos estudiantes.

Parecía un día cualquiera de septiembre. El mismo frescor a las diez y media de la mañana. La misma estampa de la Facultad con los pasillos casi vacíos. Pero el grupo de licenciados que exponían sus tesinas doctorales era consciente de la secreta solemnidad del momento. Enfundado en vaqueros, chaqueta verde y camisa de rayas, el veterano maestro leía concentrado los trabajos de sus discípulos. Encajaba la montura desmontable de sus lentes cada minuto. Alzaba la mirada ante cada reflexión llamativa de los ponentes. Ellos, tensos y mentalizados. Él, sumergido en la montaña de conclusiones sobre la poesía de Vicente Huidobro o Ernesto Valencia.

Sin circos ni fuegos artificiales. Sólo literatura. "Siento melancolía por interrumpir mi actividad en la Universidad", confesó en un receso."Al mismo tiempo, me llena de alegría pasar el último día en la Facultad rodeado de amigos y alumnos", añadió.

El próximo 30 de septiembre entra en vigor la excedencia solicitada por el autor de "Habitaciones separadas". Tomó la decisión tras conocer la condena del pago de una multa de 1.800 euros y una indemnización de 3.000 euros al profesor José Antonio Fortes. ¿Los motivos? Según el juez Miguel Ángel Torres, por proferir insultos a través del diario"El País""con ánimo de menospreciar y vejar". La respuesta social en apoyo a García Montero resultó abrumadora. Aunque no frenó la voluntad del catedrático.

En un lapso tras la hora y media de concentración académica, el docente revelaba sus razones. "Necesito un tiempo de respiro hasta que cambien las aguas por aquí".

La mayor satisfacción que se llevó en su ultimo día universitario fue los nombres seleccionados por algunos de los licenciados en sus tesinas. Grandes poetas e íntimos amigos del catedrático. Uno, como Felipe Benítez Reyes, en la flor de su vida poética. Otros, por desgracia, ya desaparecidos. Tales los casos de Rafael Alberti y Ángel González. Precisamente, sobre el asturiano trata la tesina del joven autor granadino Fernando Valverde, que no ocultó su tristeza ante los acontecimientos."Me metí en esta carrera para ser alumno de García Montero. Aguanté las colas para formalizar la matrícula. Ahora me emociona que la lectura de mi tesina coincida con su último día en la Universidad".

Momentos antes de entrar en el aula, Valverde comentaba su resignación: "Hace tiempo que Luis se fue de aquí". Al docente le alegró el profuso trabajo del alumno sobre la faceta periodística de González. "Ángel conservaba cincuenta o sesenta artículos en una carpeta. Menos de la mitad de los que contiene este trabajo", señaló García Montero.

Con las botas puestas y hasta el último minuto. Así actuó el catedrático en su última jornada en la Universidad granadina. Durante la exposición de las tesinas, no paró de sugerir autores, títulos y sendas de investigación a los discípulos. A lo largo de la mañana, habló de creacionismo, poesía colombiana y del estallido de los libros políticos en España.

"Es una pena que se marche. Se trata de una pérdida irreparable y un referente para Granada", declaraba Sara, una de las ponentes, a la salida del decanato. Ella llegó procedente de Córdoba. Como muchos otros, seducida por el prestigio y la fama como profesor de Luis García Montero. "Vine con una beca"Séneca" y me quedé".

Ahora, el poeta tiene previsto colaborar con Comisiones Obreras. El sindicato le ha ofrecido implicarse en su fundación de estudios de memoria histórica. Además, se encuentra preparando un volumen sobre la figura de Lorca y continúa desarrollando su producción poética. No interrumpirá sus intervenciones en prensa ni su participación en cursos y conferencias en muy diversas universidades.