El mundo de la televisión guió los pasos de la viguesa Sonia Barros, que llegó a A Coruña a los 18 años para estudiar Publicidad y se quedó. Hasta que el pasado mayo le propusieron ir a Madrid para dirigir el programa “El aprendiz”, la apuesta de La Sexta para esta temporada, que se estrena mañana a partir de las 22.30 horas y tendrá como presentador al famoso empresario y publicista Lluís Bassat.

-¿Por qué la escogieron a usted para dirigir “El aprendiz”?

-Tras mi paso por la productora Filmanova, la empresa quería que diese un giro a mi carrera. Empecé con un proyecto en una agencia y me llamaron de la productora Grundy para decirme que preparaban la edición española de “El aprendiz” para La Sexta y me ofrecieron dirigirlo. Al principio no me apetecía demasiado porque quería despegarme de la televisión pero cuando vi el formato me enamoré profundamente. Las condiciones en que me contrataron y la forma en cómo se iba a hacer el programa me animaron mucho y me lancé.

-Por lo visto, lleva varios meses trabajando 24 horas al día.

-Es un programa muy grande y con muchos frentes abiertos. Transcurre en una casa aislada, donde conviven recluidos e incomunicados con el exterior los 16 concursantes. Pero, por otra parte, en cada uno de los capítulos, Lluís Bassat los pone a prueba en el mundo de los negocios. Estas pruebas también hay que grabarlas en la calle, viajamos a distintas partes de España y al extranjero... En fin, que es bastante complejo y somos un equipo técnico inmenso. Y, por otra parte, están las escenas de la sala de juntas, con Lluís Bassat. La dificultad de esta parte es que hay que improvisar sobre la marcha y adaptar el guión original porque muchas veces los concursantes no actúan como preveías.

-Falta solo un día para salir en antena, ¿muchos nervios?

-Claro, siempre pasa. Aunque estamos seguros de que hacemos un buen programa nunca sabes cómo va a reaccionar la audiencia. Es un espacio con un planteamiento muy anglosajón en cuanto al mundo de los negocios. No es un reality show al uso, no hay morbo, es el mundo de los negocios tal cual, y los concursantes no son frikis, son 16 profesionales que se están jugando su carrera. Es gente muy preparada, con carreras, con máster, que tiene trabajo y viene al programa buscando su gran oportunidad profesional.

-Dice que temen que no cuaje por su estilo anglosajón. En Estados Unidos hizo furor durante varios años con Donald Trump como presentador. Y lo mismo en otros países.

-Es un miedo relativo, el miedo que se tiene ante un programa nuevo que se va a lanzar, pero es una apuesta seria.

-¿La frase de la temporada será “está despedido”?

-“Está despedido” y “que tiemble” porque cada semana hay uno. Bassat decide quiénes no deben continuar y el juego consiste en quedarse con el candidato perfecto.

-¿Cuál es el premio?

-Un buen sueldo y un trabajo con Bassat durante un año.

-¿Es cierto que pensaron en otros candidatos como Amancio Ortega, Florentino, Mario Conde y hasta en Botín?

-Es cierto, se pensaron muchos nombres de empresarios y, finalmente, Lluís Bassat ganó por goleada. Es un excelente comunicador, domina el medio televisivo y tiene gran carisma, algo muy necesario para este programa.

-Esos 16 concursantes fueron elegidos entre 2.300 aspirantes.

-Sí, fue un trabajo de selección muy complicado y muy serio y riguroso. Se hicieron pruebas de todo tipo, participaron expertos en empresa, sociólogos, psicólogos. Lluís Bassat y su gente tuvieron la última palabra y había que llevarles a los mejores candidatos.

-¿Hay, pues, brillantes candidatos?

-Los hay. Y hay gente, una minoría, que no tiene una formación académica tan importante pero con una trayectoria profesional por la que merecen estar en el programa. Por el momento vamos por el programa número once y nos quedan tres más. No puedo desvelar cuáles son los lugares en los que hemos grabado.