Paisajes diáfanos en los que se funden colores fríos que contrastan con la luminosidad de ciudades como Ámsterdam y Venecia. Ésta es la temática predominante en los más de cuarenta cuadros que conforman la exposición "Última obra" del artista coruñés Gerardo Porto, que ayer se presentó en el Centro Social de Caixanova y que estará abierta al público hasta el 11 de octubre. El nombre no tiene un significado literal si no que fue asignado por un periódico. "Es la última obra que he creado hasta ahora pero espero hacer más", declara Porto con humor.

"La colección está formada por obras que he hecho este último año y otras que todavía no había expuesto", continúa el artista, quien aclara: "De ahí que no tengan todas la misma temática, algo que nunca me ha preocupado".

Se trata de una exposición que sigue las directrices del impresionismo, en la que el pintor rescata materiales en desuso actualmente, como los pasteles o aguatintas. "Me agrada volver a utilizar estos elementos tradicionales con los que intento expresar mi estado anímico", confiesa el artista de 84 años. De hecho, el veterano pintor, espera que sea esta representación subyacente la que capte el público.

Porto incide además en que "es el hombre más descontento con su obra", ya que se define como "un inconformista" al que le gusta superarse en cada cuadro que realiza. Respecto a la elección del paisaje como tema central de su exposición afirma que remite "al misterio que alberga" porque "le obliga a buscar e intuir sus defectos y virtudes", algo que la figura humana expresa por sí misma.

La mayoría de los cuadros retratan ciudades como Ámsterdam y Venecia "que destacan por su luz" y Galicia, que se caracteriza por paisajes "oscurecidos por las montañas".