La lucha contra el alzhéimer ha dado un gran paso con la identificación de tres nuevos genes relacionados con este mal, lo que podría reducir en el futuro en hasta un 20 por ciento las elevadas tasas de incidencia de la enfermedad. El hallazgo, primero de este tipo que se consigue desde 1993, ha sido posible gracias a la colaboración de científicos de 11 países, la obtención de muestras de ADN de más de 30.000 personas y la utilización de métodos modernos de análisis genético.

Ramón Cacabelos, director del Centro de Investigación Biomédica EuroEspes (CIBE), en A Coruña, clínica especializada en enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer y el Parkinson, valoró ayer el hallazgo con optimismo, aunque también con cautela. "La identificación de estos tres nuevos genes nos ayudará a expresar mejor las causas de muerte neural y contribuirá a desarrollar nuevos fármacos en el futuro, aunque no antes de 10 años", explicó. "Desde el descubrimiento científico hasta la solución terapéutica pasan siempre entre 10 y 15 años", advierte el médico.

Cacabelos destaca que "la clave" en la lucha contra esta enfermedad degenerativa está en "aplicar la genómica para identificar a las personas afectadas antes de que se manifiesten los síntomas". Como explica el experto, las células del enfermo de alzhéimer comienzan a morir cuando la persona tiene unos 30 años. Sin embargo, los síntomas no aparecen hasta los 60. "Por eso el camino está en lograr detectar precozmente el problema e interceptarlo antes de que se manifieste". En ese camino avanza el centro que dirige Cacabelos, "en la genética predictiva y la farmacogenética", describe.

Los expertos ya han conseguido identificar más de 200 genes relacionados con el alzhéimer. La incorporación de estos tres nuevos –la clusterina (o CLU), PICALM y el denominado receptor complementario 1 (o CR1)– "ayudan a entender mejor la desintegración del esqueleto de las neuronas: a clarificar las causas de la muerte neuronal", afirma Cacabelos. El descubrimiento es así "muy útil" para el desarrollo de la farmacogenética, "tratamientos en base al problema genético específico de cada paciente", concluye el médico gallego.

El futuro chip genético

En la misma línea que Cacabelos se manifiestan los investigadores españoles que han participado en el hallazgo, que confían en que "no tarde" en conseguirse un chip genético que permita valorar cuál es el riesgo que tiene una persona de padecer esa enfermedad a lo largo de su vida, como ya se hace con algunos tipos de cánceres, y que eso ayude a lograr un tratamiento. Así lo explicó el coordinador del laboratorio de Neurogenética del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, Onofre Combarros.

España ha contribuido a través del hospital cántabro, el Hospital Central de Asturias, la Universidad del País Vasco y el Centro de Biología Molecular de Madrid, que proporcionaron a sus colegas franceses información genética sobre unas 1.500 personas, la mitad enfermos de alzhéimer, la mitad sujetos sanos tomados como muestra de control para contrastar los resultados.

Onofre Combarros explica que nunca antes se habían hecho estudios genéticos sobre el alzhéimer con muestras de ese tamaño. Para este investigador español, ésta una de las principales fortalezas de los trabajos publicados el domingo, que demuestran que existen una serie de genes con un "papel importante" en un número amplio de pacientes de alzhéimer de diferentes países europeos.