Para un escritor febrero puede ser verano y agosto el mes de trabajo más intenso. Sus vidas no se rigen por las estaciones, como las de la mayoría de la gente. Son sus historias las que les marcan el ritmo y es imposible deshacerse de ellas; se cuelan en sus maletas aunque no les hayan invitado y, en medio de un día de sol, obligan al creador a dedicarles, por lo menos, unos minutos.

El escritor escribe siempre, en cualquier situación. O lee, o se documenta, corrige pruebas o promociona su última obra. Las letras son tiranas y no permiten la separación absoluta, como el cajero que cierra la ventanilla o el tendero que cuelga el delantal.

Seis escritores gallegos relatan su manera de vivir el periodo estival. Domingo Villar siempre lleva una libreta con él; Alfonso Armada no deja ni un sólo día de escribir sus diarios; Marta Rivera de la Cruz aprovecha los aeropuertos para sacar su inseparable portátil; Agustín Fernández Paz aprovecha para documentarse; Rosa Aneiros lee todos los libros de la lista que crece sin pausa en invierno y Fran Alonso corrige pruebas y comienza a fraguar una nueva idea.

También hay momentos, escasos, en que no hacen nada. Intentan distanciarse de sus historias. Pero las echan de menos.

Alfonso Armada - Escritor y periodista

Alfonso Armada lee en el barco camino a Cíes. Por la noche llega a la casa de sus padres, donde se aloja cuando está en Vigo, y dedica un rato a sus tres diarios. Para él, descanso no equivale a paro. No puede evitar mirar a su alrededor y descubrir una historia; plasmar sus impresiones, anotar una idea que le asalta en el lugar más insospechado. Y leer. Sobretodo leer. “Ojalá pudiera vivir sólo de la lectura”, comenta el escritor, que cada dos días devora un libro.

Armada dedica también las vacaciones, que ha disfrutado entre Vigo y Ponte da Lima, para “resolver las muchas tareas pendientes que tengo”. Entre ellas se encuentra el rematar un nuevo libro, “Diccionario de Nueva York”, una personal guía de la ciudad repleta de términos y de lugares emblemáticos que explica a partir de su experiencia en la ciudad como corresponsal para “ABC”.

Intenta distanciarse de su trabajo paseando a primera hora del día por un Madrid casi desierto. “Lo más difícil es no pensar; la cabeza es como una máquina de tren que no para nunca de funcionar”, admite.

Agustín Fernández Paz - Escritor

El verano era hasta ahora el momento en que Agustín Fernández Paz aprovechaba para “ponerme en serio” con una nueva novela. Pero como las historias son las que marcan el ritmo, este verano se ha dedicado a “preparar materiales para mi próxima historia”, una labor a la que dedica una media de dos horas diarias. “Ahora estoy prejubilado y puedo permitirme empezar a escribir en septiembre”, comenta el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil.

Será una “novela de frontera”, a medio camino entre la literatura considerada para adultos y la juvenil, “el relato de una persona que regresa a su lugar de origen para solucionar algunas cosas”, resume.

Su nueva situación laboral hace que el ritmo de lectura tampoco varíe en exceso durante el verano. “Ahora puedo leer con la misma intensidad durante todo el año. Eso sí, cuando empiezo a escribir, el ritmo de trabajo es muy constante”, asegura.

Marta Rivera De la Cruz - Escritora

El avión, el hotel, la casa de sus padres en Lugo, la costa Dálmata. Marta Rivera de la Cruz viaja con su portátil mini a todas partes. “Desconecto poco; cuando me voy sin nada me siento inquieta, así que prefiero viajar con todo el equipo”, explica la escritora lucense, a la que no le cuesta nada habituarse a cualquier espacio. “No me importa el ruido y me gusta aprovechar el tiempo”, dice.

Sin embargo, sí es capaz de relajar el ritmo e, incluso, “algunos días no hago nada”, cuenta como si de una hazaña se tratase. “En realidad en vacaciones estoy al 50 por ciento”, describe.

La escritora aprovecha estos días en Galicia para reencontrarse con amigos y familiares y, casi al mismo tiempo, remata un reportaje y las notas previas para su nueva novela. “Será policiaca, muy distinta a lo que he escrito hasta ahora”, adelanta la autora de “La importancia de las cosas”, que espera tenerla lista antes de navidades.

Domingo Villar - Escritor y guionista

Tras casi tres años de trabajo intenso entre la preparación, escritura, publicación y promoción de su nueva novela, “La playa de los ahogados”, Domingo Villar se quiere tomar este mes como “unas verdaderas vacaciones” en las disfrutar junto a su familia.

La intención es buena pero, excepto una semana en Mallorca en la que “desconecté el ordenador y hasta el móvil”, el autor de la saga protagonizada por Leo Caldas no puede esconder su instinto de cazador. “Siempre llevo conmigo una libreta que voy rellenando con anotaciones, ideas o sensaciones que me asaltan mientras paseo o durante una conversación”.

En septiembre comenzará a escribir una nueva novela y como tiene por costumbre “no leer novela policiaca mientras escribo, para que no me condicione, ahora, en verano leo compulsivamente”, dice el autor. Para las lecturas de verano, Domingo opta por la placentera sombra, “en la playa prefiero jugar con mis hijos, que lo disfruto tanto como la lectura”, asegura.

En septiembre regresará a su ritmo habitual, en el que acostumbra a “trabajar por las noches y corregir los textos durante el día”. Siempre le acompaña la música. “La playa de los ahogados” estuvo marcada por el ritmo Lisa EKhdal, mientras que “Ojos de agua” bailó con el contrabajista Baldo Martínez.

Rosa Aneiros - Escritora y periodista

La ganadora del último premio Xerais de Novela con “Sol de inverno”, edición en la que se alzó también con el galardón en la categoría juvenil gracias a “Ás de bolboreta”, trabajó hasta mediados de julio con las pruebas de estas dos novelas. En otoño comenzará con la promoción, así que ahora, en su propia Galicia, “estoy por fin disfrutando de unas vacaciones”. Aneiros (Valdoviño, 1976) no quiere comenzar todavía con una nueva historia. “Tengo varias ideas en la cabeza, pero creo que ahora es el momento de leer mucho y desconectar de mi propia escritura porque, de lo contrario, puede llegar a convertirse en algo mecánico”, advierte.

Aneiros acostumbra a guiarse por el ritmo que le marcan las historias: “Algunos veranos en agosto es cuando más escribo y otros, como este, me toca tomar el sol, ahora que por fin se ha decidido a salir”. Sin embargo, y aunque asegure no comenzar aún con su nueva obra, “eso no quita que tome mis notas a mano; ideas sin depurar, como brochazos en la pintura, que pueden surgir en la playa, en el autobús o en una sala de espera”.

Fran Alonso - Escritor y editor

Fran Alonso considera salir de Galicia en vacaciones una condición necesaria para lograr desconectar de verdad. Este año ha elegido junto a su familia el Algarve portugués y la Sierra de la Estrela. “Durante unos días he silenciado incluso el móvil y sólo le echaba un vistazo por la noche”, asegura. “Durante el año trabajo a un ritmo bastante fuerte y es necesario hacer este descanso, no sólo físico”, aconseja el escritor y vicepresidente de la Asociación Galega de Editores.

Esa desconexión total sólo la mantiene unos días. “Cuando regrese a Galicia comenzaré a revisar un libro de relatos, a darle una nueva lectura y cambiar algunas cosas, pero a un ritmo tranquilo, sin agobios. Prefiero eso a ponerme a escribir algo nuevo”, comenta aún desde la tranquilidad de las montañas portuguesas.

Sólo una vez se encerró todo el verano para escribir. De aquel fructífero aislamiento nació “Trailer”, con el que ganó en 1991 el premio Blanco Amor. “Estoy acostumbrado a trabajar en casa, con el ruido normal, así que no creo necesario irme a un balneario para terminar un trabajo”, concluye.