Diversión al desnudo. Nunca mejor dicho cuando se habla de sexting. Fotografiarse, grabarse y distribuir esta información a través del móvil o Internet es la nueva forma de diversión de jóvenes de todo el mundo. Y es que, este fenómeno mezcla dos factores explosivos: adolescentes interesados en el sexo y nuevas tecnologías.

Las cámaras web, los móviles de tercera generación y la expansión de Internet a todos los hogares ha supuesto una fácil accesibilidad, a niños y no tan niños, a toda clase de contenidos altamente sexuales. Parece que desnudarse esté de moda en las redes sociales. Es por esto, por lo que esta nueva forma de entretenimiento ha abierto un debate muy polémico entre sociólogos, psicólogos, pedagogos, padres y abogados de todo el mundo. ¿Se trata sencillamente de una travesura, de un juego adolescente o se podría considerar algo tan serio como pornografía infantil?

Fue a raíz de este conflicto cuando la organización no gubernamental de Prevención de Embarazos Imprevistos entre Adolescentes ha estudiado este fenómeno, preocupada por el hecho de que un 20% de los jóvenes de entre 13 y 17 años haya mandado alguna vez una imagen o vídeo suyo estando desnudo o semidesnudo. En la mayoría de los casos esta acción no tiene una motivación fundada, sino que simplemente se hace por diversión o como táctica para ligar con otros adolescentes. Pero esta inconsciencia puede salir cara. El fenómeno es tan novedoso que existen incluso lagunas legales. Uno de los problemas al que se enfrentan las autoridades es determinar quién es el responsable cuando el envío del mensaje o la foto en cuestión se hace sin consentimiento.

Sin embargo, tal y como informó Arturo Canalda, trabajador del departamento jurídico de la Asociación de Defensores del Menor, "el peligro viene cuando estas imágenes saltan del entorno privado y pasan de móvil en móvil o bien a través de Internet". "Estas actuaciones pueden tener como consecuencia el acoso psicológico informático entre jóvenes", añade. Tampoco los problemas acaban aquí, ya que, otra de las grandes preocupaciones de las autoridades es la pornografía infantil. "No hay problema cuando son dos chicos los que practican sexting voluntaria y libremente". Es una actividad totalmente lícita. Además, no se trata de relaciones sexuales propiamente dichas, por lo que no podría constar como ilegalidad. "Es mi intimidad con mi pareja; eso no hace daño a nadie y puedo compartirlo con quien quiera", defiende Carlos, un trabajador de 22 años aficionado al sexting.