La casi completa paralización de la vida cotidiana en México D.F. desde el pasado viernes a causa de la gripe porcina está pasando factura a los empresarios gallegos asentados en la ciudad. La orden gubernamental de cierre de todos los restaurantes, bares, discotecas, cines, gimnasios y otros locales de este tipo hace que estos empresarios sean los más afectados pero, el resto, también acusan las consecuencias. “Todos nos vemos afectados por esta situación, ya que la gente casi no sale de casa. Se cifran ya las pérdidas en unos 3.700 millones de pesos sólo del viernes al domingo”, destaca Antonio Cortés, empresario de origen ourensano que dirige la Unión Mexicana de Empresarios Gallegos.

Esta asociación, que agrupa a unos sesenta empresarios gallegos, entre los que hay dueños de gasolineras, de hoteles, fábricas de muebles, tiendas de colchones y comerciantes de ferretería, entre otros, asegura que, aproximadamente, “han descendido las ventas un 15 por ciento”.

Los empresarios esperan que a partir del día 6 de mayo la prohibición de abrir los comercios de hostelería “se relaje”. “En principio nos han dicho que hasta el día 5 tenía que estar todo cerrado pero después, si la situación está más controlada, esperamos que ya permitan la apertura”, indica el director.

A pesar de las pérdidas, los empresarios aseguran que “el gobierno está gestionando bien la situación”. “Ha sido rápido y evitó el pánico, además de tener informada en todo momento a la OMS; es falso lo que se ha dicho que al principio México no avisó del primer brote”, asegura Cortés.

La asociación se mantiene en “continuo contacto” con la colonia gallega que reside en la ciudad. “Por el momento, ningún gallego está contagiado; esperemos que sigamos así”, dice Cortés. También el presidente del Centro Gallego de Colima, en México D.F., Luis Piñeiro, aseguró que “no se ha registrado ningún caso en nuestra comunidad”, aunque destacó que viven la situación con “miedo y prudencia”. De esta forma, los gallegos no dudan en acatar “todas las medidas recomendadas” para conseguir que esta enfermedad no se extienda más.

“La situación es bastante extraña; no ves apenas gente por la calle, aunque la parte buena es el poco tráfico que, por primera vez, nos encontramos”, bromea el director de los empresarios.

Mientras tanto, intentan continuar con sus trabajos “con la máxima normalidad posible”. “Hemos tenido que suspender esta semana dos reuniones: una era social y otra una mesa temática, pero tratamos de mantener el resto”, describe Cortés. La mayoría de las fábricas e industrias, explica, mantienen su ritmo de trabajo “para evitar que el impacto económico sea aún mayor”. El director de los empresarios se muestra orgulloso de la capacidad de adaptación que tienen los empresarios gallegos ante situaciones de crisis como ésta.“La comunidad gallega ha sido rápida y ordenada”, resume.