“El Bulli” ha vuelto a conquistar la cumbre del ránking del arte culinario. El restaurante del célebre cocinero español Ferrán Adriá ha sido elegido por cuarto año consecutivo el mejor restaurante del mundo. Pero no sólo el chef catalán, sino toda la cocina española, están de enhorabuena ya que entre los diez primeros de la lista de los 50 mejores restaurantes del mundo figuran otros tres españoles: “Mugaritz”, de Andoni Luis Aduriz (cuarto lugar); “Arzak”, de Juan Mari Arzak (octavo), y el catalán “El Celler de Can Roca”, de Joan Roca (quinto).

Estos resultados sitúan a nuestra cocina como líder mundial, ya que ninguna otra logró meter en la parte alta de la prestigiosa clasificación tantos establecimientos.

Adriá es “el motor del auge de la cocina española”, asegura Pepe Solla, uno de los restauradores gallegos que cuentan con estrella Michelin. El cocinero pontevedrés se mostró ayer “encantado” con el nuevo éxito de su colega catalán y confiesa los beneficios que esta lista aporta a toda la cocina española, incluida la gallega. “Nos sitúa en la élite y provoca un interés internacional hacia nuestra cocina”, asegura Solla cuyo local recibe en los últimos años “más extranjeros que nunca” y, opina, “no es sólo por mi propio valor”.

Xosé Torres Cannas, chef del restaurante de Poio “Pepe Vieira”, coincide con Solla en que la buenísima imagen de la que goza la cocina española gracias, entre otras cosas, a esta lista realizada por la revista “Restaurant”, beneficia también a los productos españoles. “Por una clara asociación, si la cocina española es la mejor del mundo, sus productos también”, destaca Torres. “Esto hace mucho más fácil vender en Estados Unidos un vino español, el jamón, el arroz o las verduras por lo que el impulso a toda la industria agroalimentaria es muy grande”, añade Solla.

Ferrán Adriá, conocido como el “alquimista de la cocina”, representa para el restaurador Yayo Daporta - cuyo restaurante en Cambados también luce una estrella Michelín- “la cocina elevada a unas dimensiones jamás pensadas”. Este joven cocinero, para el que la gran presencia española en el ranking es “todo un orgullo”, considera que un restaurante como “El Bulli” “merece todos estos premios”. “Es toda una expresión artística que va mucho más allá de la comida: a este restaurante se va a disfrutar de una experiencia extrasensorial; como el que acude a la ópera”, compara. Ingredientes tan revolucionarios como el nitrógeno líquido y creaciones tan llamativas y sugerentes como la menestra en texturas, las ostras con aire de zanahoria, el falso caviar de melón y el tuétano con caviar son algunas de las deliciosas razones por las que Adriá se ha ganado el favor de sus colegas gallegos. “Para nuestra generación Adriá significa un antes y un después”, afirma Torres Cannas.

Pero este líder indiscutible de los fogones no es el único responsable de la buena fama de la cocina española. “Arzak es uno de los que más han hecho por nuestra cocina y nos ha abierto a muchos el camino”, reconoce el chef del “Pepe Vieira” que también alaba a Mugaritz, en el cuarto lugar de la lista. “Su concepto es muy distinto al del resto de los restauradores; tiene un universo muy particular y merece el puesto por lo arriesgado de sus planteamientos”, dice.

Como el año pasado, el restaurante “The Fat Duck”, del famoso restaurador británico Heston Blumenthal, quedó en segunda posición de la codiciada lista sin conseguir superar a Adriá, y el tercer puesto fue para el danés “Noma”, el único de Copenhague que cuelga en sus paredes dos estrellas Michelín.