La morriña fue una de las culpables de que los gallegos que emigraron a América crearan centros en los que estrechar lazos y asegurarse asistencia en caso de necesidad. Así ocurrió con el Centro Gallego de Buenos Aires, que nació bajo la advocación del apóstol Santiago. Ese lugar fue fundado en la casa del presidente del Centro Vigués de la capital argentina, Antonio Varela.

Ahora, gracias a un proyecto desarrollado el año pasado por la Secretaría Xeral de Emigración, pueden consultarse a través de la red, y con el único esfuerzo de hacer un par de clics con el ratón, los libros de actas y de registro de socios de una institución que ya es centenaria. Además, la página web galiciaaberta.com facilita también el acceso a algunas de las más de cincuenta esculturas y casi trescientos cuadros -entre ellos obras de Laxeiro, Seoane, Colmeiro y del propio Castelao- que constituyen su patrimonio.

Del ilustre dibujante y galleguista rianxeiro incluso se puede consultar en la red su ficha de inscripción en el Centro Republicano Español, foto carné incluida, y disfrutar de dos obras suyas que hasta ahora eran inéditas, un “Gaiteiro” -una acuarela sobre papel- y un dibujo a plumilla. Estos dos tesoros se encontraron gracias a la catalogación e inventario de los bienes artísticos y documentales del Centro Gallego de Rosario, también en Argentina. Para otros no se llegó a tiempo. Como comentó el secretario xeral de Emigración en funciones, Manuel Luis Rodríguez, en los años 70 del siglo pasado unos albañiles usaron un lienzo de un famoso pintor gallego para hacer la masa y no manchar el suelo en una obra.

Rodríguez, que presentó ayer en Santiago la página web que permite acercarse por el momento a doce centros gallegos de la diáspora, entre los que se encuentran los dos precedentes. Rodríguez argumentó que la Rede Virtual do Patrimonio Artístico e Cultural de las comunidades gallegas en el exterior rescata una “valiosa” memoria y es un trabajo en proceso. En ese sentido, expresó su deseo de que el Gobierno que presidirá Alberto Núñez Feijóo continúe con el trabajo que inició el año pasado la Xunta.

El responsable de Emigración explicó que el inventariado, catalogación y digitalización de los bienes muebles e inmuebles que constituyen el patrimonio de la docena de centros escogidos ha dado como fruto 80.000 imágenes de libros de actas y documentos, 1.500 fotografías de cuadros, edificios, esculturas y otros elementos de los que se seleccionaron las más “significativas” para su consulta en internet.

Cada una de las piezas catalogadas, aclaró, contiene una ficha pormenorizada con información sobre el autor, la fecha de creación o el lugar al que pertenece. La web ofrece asimismo la posibilidad de realizar búsquedas por obra, autores y centros y tiene el aliciente añadido de incluir vídeos y fotografías de 360 grados de las salas, lo que permite que los visitantes se den paseos virtuales sin moverse de su asiento.

“En los colectivos de emigrantes nació esta cultura tan inmensa que ahora debemos dar a conocer”, declaró Rodríguez, quien explicó que la Xunta decidió comenzar por los centros centenarios. “Es un primer recorrido, aunque hicimos alguna excepción, como Montevideo, porque allí hay mucha documentación, algo que también ocurre en Santos, en Brasil”, explicó el titular de Emigración.

Además de tesoros inéditos, en la web también podrán encontrarse otros tesoros, no desconocidos, pero sí ocultos, como “A malla”, de Luis Seoane, o “A derradeira lección do mestre”, de Castelao. Ambos fueron restaurados con fondos facilitados por el Gobierno gallego con la condición de que sean expuestos.

Argentina aporta la mitad de los centros que protagonizan a día de hoy este catálogo virtual: Centro Galicia, Centro Gallego y Centro Galego de Betanzos en Bos Aires, Centro Gallego de Rosario, Centro Gallego de Avellaneda y la Federación de Asociaciones Gallegas. De Uruguay se ha escogido el Centro Gallego, la Casa Galicia y el Patronato da Cultura Galega -todas ellas en Montevideo-. Completa el panorama sudamericano el Centro Español e Repatriación de Santos, en Brasil. De la Península se ha optado por el Centro Gallego de Lisboa y por el de Barcelona. Por el momento, Cuba, país donde por primera vez se entonó el himno gallego y en donde se diseñó la bandera, tendrá que esperar.